En todas partes cuecen habas

No sé si los lectores de diariocrítico saben quiénes son François Hollande y Valérie Trierweiler, pero yo se lo voy a contar.

    François ha sido el amante de Ségolène Royal  candidata a la Presidencia de la República de Francia, con la que tiene dos hijos.

    Valérie, que es una afamada periodista  de la prensa escrita y la televisión es  también la nueva pareja del tal François, líder del partido socialista francés.

    Hasta aquí todo normal porque no hay nada más normal que tener un lío de vez en cuando, pero el tema empieza a complicarse cuando la nueva pareja  – no olvidemos que ella es una periodista famosa y él el líder de un partido importante – se mosquea porque han sido pillados por un fotógrafo en una playa marroquí haciéndose “guarreridas sesuales” – como diría Chiquito de la Calzada, y han reaccionado de forma inadecuada.

    El  ha pedido a los tribunales franceses el secuestro de la revista “Closer” y ella, demostrando un criterio más práctico, ha presentado una demanda por violación del respeto a la vida privada y ha  pedido una fuerte indemnización.

    Lo de pedir pelas, en este caso euros, si te sientes ofendido por una publicación, me parece un derecho al que no hay que renunciar, pero pedir el secuestro de una publicación en la era de Internet, además de una chorrada sin límites, es algo inadecuado en una sociedad libre.

    Aunque es cierto que todos somos iguales ante la  ley, aprovecharse de la condición de político poderoso e influyente para proteger su propia imagen cuando la ha exhibido en sitio público, demuestra que  el tal François cree que los privilegios están pensados para gente como él.

    Mal camino  llevan los políticos que creen que su intimidad debe ser más protegida que la de los otros, cuando quienes deberían protegerse son ellos mismos renunciando a hacer en público lo que podrían hacer en privado.