Más de 2.000 millones de personas viven en zonas áridas, que representan un 40 por ciento de la superficie terrestre. Invertir el proceso de degradación de esas tierras es el objetivo de la VIII Conferencia de las Partes de la Convención de Naciones Unidas de Lucha Contra la Desertificación inaugurada este lunes por los Príncipes de Asturias. Al acto asistió la ministra de Medio Ambiente, Cristina Narbona, y el alcalde de la capital, Alberto Ruiz-Gallardón, quien propuso soluciones locales para un problema global.
Durante dos semanas delegaciones de 191 países negociarán soluciones para frenar el problema de la desertificación, que amenaza a más de un tercio de la superficie de la Tierra, y conseguir financiación para los proyectos. En concreto, la desertificación es la degradación de la tierras en zonas áridas, semiáridas y subhúmedas secas y se debe a diversos factores, como las actividades humanas o el cambio climático.
La desertificación constituye un problema global que tiene una dimensión humana. "Los últimos estudios confirman la correlación entre pobreza y zonas áridas", afirmó el Príncipe, quien aseguró que se trata de un desafío ético, del reto de "extender los derecho humanos básicos a todos los habitantes de la Tierra". Además, el Príncipe destacó los progresos conseguidos por la Convención y confió en "la importante misión renovadora" de esta VIII conferencia .
Por su parte, el alcalde de Madrid aseguró que "ningún problema global puede solucionarse si no se combate a través de políticas locales que persigan un mismo objetivo", por lo que aseguró que Madrid está dispuesta a liderar la lucha de las ciudades para crear entornos que frenen la desertización y las consecuencias negativas del cambio climático. El regidor se mostró confiado en que un desarrollo sostenible puede romper la dicotomía entre el crecimiento y el cuidado medioambiental.
Gallardón destacó las apuestas medioambientales de la ciudad, como la reutilización de aguas residuales que permitirá ahorrar 26 hectómetros anuales y regar las zonas verdes en época de sequía, el plan que pretende reducir el consumo de este elemento hasta en un 12 por ciento en cinco años o la plantación de 1.500.000 árboles.
Asimismo, la delegada de Medio Ambiente del Ayuntamiento, Ana Botella, también resaltó las apuestas del Ejecutivo local en esta materia y subrayó a Madridiario que la calidad del aire de la ciudad es el tema donde más tiene que trabajar su departamento, por lo que "habrá que seguir tomando medidas". Botella abogó por "la necesidad de cuidar la casa común, el medio ambiente, que tiene que durar para las generaciones futuras, una obligación que afecta tanto a los ciudadanos como a las instituciones".
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La consejera de Medio Ambiento, Beatriz Elorriaga, destacó la importancia de los problemas medioambientales, ya que "afectan a los seres humanos". En cuanto a la desertificación en la Comunidad, aseguró que no es uno de los principales problemas. Aun así, "tenemos claro que nuestro Plan de Reforestación hasta 2010 lo vamos a cumplir a rajatabla".
La Convención de Lucha Contra la Desertificación nació en 1994 de una conferencia sobre el medio ambiente de Naciones Unidas. Durante este tiempo se han conseguido resultados, pero se trabaja con la idea de que los esfuerzos deberán ser prolongados.
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