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La razón única

miércoles 13 de diciembre de 2006, 09:57h

   Para que engañarse, en Europa hay división de opiniones sobre la conveniencia de que Turquía forme parte de la Unión. La última decisión de suspender la negociaicón de ocho de lOs 35 capitulos para la adhesión de Turquía, es un paso más en esa carrera por ganar tiempo y que suponga ir frenando la incorporación de Turquía.

La cuestión es que hay países, y ciudadanos, que sienten que Turquía no es Europa y otros, aún pensando lo mismo, sin embargo, apuestan por incorporarla porque creen que tener un país musulmán en la UE ayudara a las difíciles relaciones entre Occidente y Oriente. Me pregunto qué dirían los ciudadanos europeos si se les consultase al respecto.

   Lo cierto es que el actual gobierno turco, liderado por el islamista Erdogan, no termina de cumplir con las reglas que son necesarias para formar parte de la UE. Y ahí si que los turcos tienen que entender que no se pueden hacer excepciones. Ser mimebro de la UE es algo voluntario, y por tanto si un país quiere formar parte de ese "club" tiene que aceptar las reglas ocmunes a todos los miembros.

En cualquier caso, la UE ha hecho bien en no dar un portazo y dejar la puerta entreabierta. Turquía tiene que entender que si ya es un "tragala" aceptar que invadió Chipre, lo que resulta indmisible es que no permita el tráfico de naves y aeronaves greochipriotas en los puertos y aeropuertos turcos, por más que haya ofrecido abrir un solo puerto a ese tráfico. Como tampoco se puede volver la mirada a la situación de los kurdos.

   Pero tampoco cabe engañarse. La cuestión de fondo es que a Turquía se la mira con el recelo de saberla diferente porque desgraciadamente Erdogan esta diluyendo la herencia de Ataturk, el padre de la Turquía moderna. El mismo Erdogan es islamista por más que se le califique islamista moderado, y eso implica dificultades a la hora de imaginar el futuro de Turquía.

   Dentro de Turquía también hay una tensión fuerte entre quienes, independientemente de la religión que profesan, defiende el Estado laico y la europeización de su país, y quienes creen que la UE tiene que aceptar a Turquía con sus peculiaridades que chocan de frente con la base de las democracias occidentales. El reto es difícil para ambas partes, para la UE y para la propia Turquía. Lo deseable es que por largo que sea el camino, algún día Turquía pueda formar parte de la UE.

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