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Se abre 'Museo de la esmeralda'

Se abre "Museo de la esmeralda"

domingo 23 de septiembre de 2007, 03:05h
En Bogotá se abrió la primera exposición del nuevo Museo de la Esmeralda, único en su género, que reivindica la imagen de la gema nacional y promete convertirse -como el del Oro- en atracción emblemática del país, mayor productor del mundo. La información fue difunidad este sábado por el Diario El TIempo de Bogotá. Cuenta la leyenda que, después de crear el mundo, el dios Are tomó 2 juncos del Magdalena y creó a la primera pareja humana, Fura (mujer) y Tena (hombre), a quienes dio felicidad y juventud eterna si eran fieles. Pero un día apareció Zerbi y con él Fura desobedeció. Destrozado, Tena se clavó una macana en el vientre; Fura, arrepentida, permaneció abrazada a él y Zerbi se transformó en un río que separó para siempre a los esposos convertidos en dos enormes cerros. "Ante la muerte de Tena, el dolor de Fura fue inmenso. Sus gritos de dolor en la quietud de la selva se convirtieron en mariposas multicolores y sus lágrimas se transformaron en una cordillera de esmeraldas".  Este leyenda de los Muzos, de la que todavía quedan como testigos los cerros de Furatena y el río Minero en Boyacá, inspiró la exposición 'Silicatos de Berilio Fura y Tena', primera muestra de esmeraldas y piezas únicas de esta gema, con la que se da a conocer oficialmente el Museo de la Esmeralda Colombiana MEC. Todo empezó con un sueño de su gestor y director, Vilmar Novoa Bohórquez, hijo y nieto de mineros, nacido en Somondoco, donde creció en la atmósfera asfixiante de las minas, donde el trabajo es agotador, el oxígeno escaso y la temperatura alcanza los 50 grados centígrados. Ahí, bajo tierra, en las minas de Chivor, en medio de la roca y del agua que debe ser bombeada a cada minuto, descubrió su pasión por las esmeraldas raras y encontró la primera curiosidad destinada al museo cuando tenía 15 años. "Mi padre fue el primero con esa afición. Trabajó toda su vida en las minas y coleccionaba piedras raras. Tengo esa imagen desde niño. Empecé a recolectarlas a comienzos de los 80 con el sueño de hacer un museo. Recogía las cristalizaciones únicas y escasas que los mineros desechaban porque no se podían tallar ni vender comercialmente. Entonces no se conocía su valor museológico. Desde joven trabajé en minas, pero como conservador e investigador. Lo mío siempre ha sido estudiar y escribir de manera autodidacta sobre la esmeralda y la importancia entre ella y el ser humano. He ido a ferias de gemas y minerales en Europa y E.U., y seguido cursos para analizar la viabilidad del MEC. Fueron muchos años tocando puertas y convenciendo a museos y entidades oficiales". Pronto se dio a conocer en la región y organizó un grupo que ayudara a recuperar las rarezas que salen de las minas. La colección del MEC cuenta con 400 piezas exóticas de diferentes variedades de las que se exhiben 51 en la sede del Museo de Trajes Regionales de Colombia (en la antigua casa de Manuelita Sáenz) en el centro de Bogotá. El sueño de Novoa, por el que nadie apostaba un peso y todos consideraban una idea entre loca e ingenua, es hoy orgullo para la Red Nacional de Museos de Colombia (a la que ingresó en 2004) que viene apoyándo lo que promete ser uno de los museos más bellos y representativos del país. Para María del Pilar Muñoz, directora del Museo de Trajes Regionales, "en la Red nos preocupamos por la cooperación con instituciones museográficas. Con Vilmar nos une el deseo de conservar, adquirir, investigar y dar a conocer ese patrimonio que es de todos. Estamos comprometidos con este sueño y por eso le prestamos nuestra sede para esta exposición de tan asombrosa belleza e importancia. Hemos unido esmeraldas y trajes de la zona esmeraldífera de Boyacá, por los mitos que hay en torno a ellos y a la creación simbólica que une a todos los pueblos. Vestuario y adornos son utilizados por los mismos que extraen las piedras y crean mitos. La exposición está presentada de una manera que emociona y permite adentrarse en cada piedra. Estará abierta de lunes a sábado, de 10 a 4 p.m., hasta el 9 de octubre". La esmeralda es un silicato de berilio, de tipo mineral, que contiene diversos elementos como berilio, aluminio, silicio y oxígeno y que le debe su color verde a su concentración de cromo y vanadio. Con el rubí, el diamante y el zafiro, conforma el grupo de las cuatro 'piedras preciosas' más afamadas y costosas del mundo, por su belleza, escasez y gran demanda. Su nombre proviene del griego <CF101>smaragdos</CF> y del latín <CF101>smaraldus</CF>, que significa 'gema verde' y su cristalizalización se produce en un 95 % en forma de canutillo con 6 caras; el otro 5 son 'caprichos' de la naturaleza, muy apreciados por su extremada rareza, como Maclas o Drusas, Trapiches, Gangas o Minerales, Ojo de Gato, Gota de Aceite (que en el mercado joyero alcanza precios hasta de 200 mil dólares por quilate) y Rarezas o Piedras exóticas. Los Trapiches y Ojos de gato, por ejemplo, son 2 variedades exclusivas que sólo se dan en Colombia y que el MEC exhibe en su exposición. Para Novoa, "era una paradoja que Colombia, siendo el país más importante de la esmeralda, no tuviera un museo para este patrimonio tan nuestro como el café, las orquídeas o el oro precolombino. Por eso el objetivo del MEC es que colombianos y extranjeros conozcan y admiren estas esculturas de la naturaleza que son cultura e historia de Colombia y que el país y las empresas mineras comprendan la importancia de conservar estas piezas por ser patrimonio de la nación". Geológicamente, la esmeralda es un 'milagro' pues los elementos que la componen se concentran en sitios muy diferentes a donde se encuentra el berilio, de ahí que sólo se forme cuando movimientos telúricos someten a los líquidos adyacentes a presión y temperatura extremas, llegando un punto de enfriamiento en el que se cristalizan las esmeraldas. Que una esmeralda de buen tamaño y máxima calidad logre formarse es tan poco probable que puede alcanzar precios superiores a los de un diamante de igual calidad. Sólo a través de un microscopio se aprecia el proceso tan violento que contribuyó a la creación de una gema de tanta belleza y delicadeza, que alberga en su interior cicatrices milenarias. Según Adriana Castro, artista encargada de la museografía del MEC, quien ha trabajado en MinCultura y museos como la Quinta de Bolívar, la Casa del Florero y el MAMBO: "Silicatos de Berilio Fura y Tena' es una exposición a la altura de cualquier museo del mundo. Podermos llevarla al Metropolitan de Nueva York o a la Ted Gallery porque es una exposición que se defiende sola. Es una colección bella e impactante que no se ha visto en el país y que tiene mucho que enseñar. Es digna embajadora y orgullo de Colombia". El MEC es el primer museo dedicado exclusivamente a esmeraldas y sus piezas no tienen valor comercial por estar destinadas únicamente a su conservación. "En el mercado común nadie ofrecería nada por ellas porque no sirven para joyería", explica Novoa. Sin embargo, entre grandes coleccionistas, museólogos y geólogos del mundo, que aprecian estas rarezas, cada una de ellas puede costar una cifra con bastantes ceros. "En cuanto a museos de gemas -comenta Adriana Castro- sólo existe el de los Diamantes en Bélgica. Los demás tienen como máximo secciones de joyas; pero ninguno sólo de esmeralda. Fue todo un reto encontrar la forma adecuada de exhibición museológica porque no teníamos referente. Hemos trabajado para lograr que la muestra hable un lenguaje contemporáneo y que sus visitantes se familiaricen con el tema; que aprendan y experimenten algo nuevo. Nadie imagina el proceso tan largo y costoso que vive una esmeralda desde que se extrae hasta que se expone".  Las directivas del MEC trabajan ahora en lograr sede propia donde se pueda conservar y exhibir su colección de manera permanente. Para eso trabajan en proyectos de cooperación y consecución de recursos con instituciones como Mincultura y la Alcaldía de Bogotá. "Ojalá el Estado impulse este proyecto que hace parte de la imagen positiva de Colombia y promueva que los niños aprendan a valorar esta riqueza, pues las generaciones actuales desconocen en un 95 % la esmeralda de la solo oyen lo negativo". En esto está sin duda el mayor aporte del MEC: en acabar los paradigmas negativos sobre la esmeralda. "La primera reacción de la gente -explica Adriana Castro- es asociarla con violencia, conflicto minero, explotacion ilegal y mercado negro que tanto daño causan al país y al sector legal. Nuestro mayor reto es cambiar esa visión tan generalizada y lograr que se vea que las esmeraldas como algo totalmente distinto. El MEC cuenta la historia de algo que está íntimamente relacionado con la naturaleza, pero no con la violencia humana". En esa dirección trabajan todos los sectores relacionados con la esmeralda que quieren dejar atrás la sombra de la 'guerra verde' que azotó a su región entre los 60 y 90, y que se caracterizó por la disputa entre mafias, grupos ilegales y gente de la región, por controlar las áreas de explotación. Desde los acuerdos de paz y no agresión -en 1989- la región vive una época mejor, aunque aún persisten problemas como el porcentaje de ilegalidad que sigue haciendo de las suyas, la pobreza en la zona a pesar de su riqueza mineral y el alto índice de población armada. También la industria esmeraldífera formal trabaja por recuperar la credibilidad del sector minero y mejorar toda su cadena productiva, desde los procesos de extracción hasta la labor final de joyería (tallado y engaste), para exportar la esmeralda con valor agregado, pues si el país sigue exportando la piedra en bruto los mayores beneficios seguirán por fuera. De hecho, países como India -por ejemplo-, que no la producen pero que son los mejores talladores, exportan 10 mil millones de dólares anuales en joyas hechas en su mayoría con esmeralda colombiana comprada en bruto, mientras Colombia -siendo el mayor productor- exporta entre 80 y 85 millones por tratarse principalmente de piedra en bruto.  Jóvenes y líderes de la región trabajan con el Ministerio de Minas y Proexport en convertir a la zona en destino turístico y promocionar la esmeralda con una marca propia al estilo 'Juan Valdez', con posibilidades como proyectar una red de joyerías que podría ir paralela con la cadena internacional de cafés. Mientras esos proyectos se concretan, el MEC avanza en dar a conocer el tesoro 'verde' que albergan las entrañas de Colombia. Esmeraldas exóticas como El Vaso (encontrado en Chivor en 1984), La Cachucha (hallada en 1991 en el Río Minero, entre Coscuez y Muzo), El Abrazo (encontrado en La Pita cuando empezó su explotación en 1988), o El Mapa de Colombia (encontrada también en La Pita) resultan impresionantes por su rareza y gran belleza.  "No sabemos aún cómo la naturaleza crea estas formas tan especiales e increíblemente perfectas que vale la pena exhibir y admirar -concluye Novoa con emoción-. Todas tienen su historia e identidad. El Abrazo, por ejemplo, fue hallado por unos mineros que habían oído hablar de mí y que me buscaron durante 6 meses para donarme esa esmeralda tan hermosa que rodea un cuarzo; la guardaron en una caja de fósforos con algodón hasta que me encontraron. El Mapa de Colombia también fue un hallazgo importante porque venía 'hecha' por la naturaleza; sólo fue necesario pulirla para destacar lo impresionante de su parecido con el mapa nacional. El tallado es lo que más las valoriza; es una labor en extremo delicada debido al enorme valor de la materia bruta. Cada una debe tallarse preservando al máximo su forma original y retirando lo mínimo posible. Cómo no enorgullecerse de este tesoro natural. Ojalá todos vengan a esta exposición, que despierta una emoción profunda y un enorme sentimiento de orgullo patrio". Por Sophia Rodríguez Pouget  
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