Dos jóvenes, uno militar y otro artista, nietos de dos generales que se opusieron durante la dictadura —Augusto Pinochet y Carlos Prats— reivindicaron, cada uno a su manera, la herencia de sus abuelos: el uno felicitando al ex dictador durante su funeral y el otro escupiendo sobre el féretro. Las figuras son el único nieto militar del ex dictador, el capitán del Ejército Augusto Pinochet Molina, y Francisco Cuadrado Prats, nieto del ex jefe del Ejército chileno, Carlos Prats, asesinado en Buenos Aires junto a su esposa Sofía Cuthbert por agentes de la dictadura chilena el 30 de septiembre de 1974.
Ambos planificaron previamente sus actos, que se convirtieron en un símbolo y reflejo de las divisiones que la figura de Pinochet despierta en Chile.
El nieto del ex dictador pronunció en el funeral de su abuelo el martes en la Escuela Militar un encendido discurso en el que reivindicó el golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973.
´Fue un hombre que derrotó en plena Guerra Fría al modelo marxista que pretendía imponer su modelo totalitario no mediante el voto, sino más bien derechamente por el medio armado´, dijo en tono desafiante y luciendo su uniforme militar.
La defensa del nieto de Pinochet, que no aparecía en el programa oficial de las exequias, fue celebrada por los asistentes, más aún porque se realizó frente a la ministra de Defensa, Viviane Blanlot, y el comandante en Jefe del Ejército, Óscar Izurieta.
No menos preparado fue el acto de repudio del nieto del general Prats, el pintor Francisco Cuadrado, quien esperó durante horas en la fila de simpatizantes que aguardaban a entregarle el último adiós al ex dictador.
Una vez frente al féretro, Cuadrado escupió sobre el vidrio que protegía el rostro del ex dictador.
´Era la última oportunidad de hacer algo. Fue un escupo de desprecio´, dijo a medios locales.
El nieto del general Prats fue retirado del recinto militar por guardias pero no será castigado, mientras que el capitán Pinochet será sancionado por el Ejército con medidas que podrían significar incluso su baja.
La presidenta Michelle Bachelet calificó su discurso como una falta gravísima, tal como hizo el Ejército. Santiago, AFP
Insulza pide dejar la clave del ex dictador
El secretario general de la OEA, el chileno José Miguel Insulza, dijo ayer que le ´sientan mal´ las interpretaciones que atribuyen la actual pujanza económica de Chile a logros del régimen del ex dictador Augusto Pinochet.
Ese esquema de análisis ´me sienta mal. Exagera los muchos fracasos de 16 años y medio y disminuye los muchos éxitos de 16 años y medio posteriores´ en democracia, dijo Insulza, consultado por periodistas sobre las opiniones vertidas en un editorial de The Washington Post, que exaltó el martes ´el legado´ del ex dictador en materia económica.
´Los gobiernos democráticos llevan ya más tiempo que Pinochet en el gobierno. Y la obra que han dejado en Chile es inmensamente mayor que la que dejó Pinochet. Y la verdad es que el seguir hablando de Chile solamente con referencia a Pinochet refleja una cierta flojera intelectual´, añadió el diplomático.
A lo mejor el Chile de hoy ´es poco noticioso´, ironizó Insulza. ´Pero eso no justifica que se trate todavía de interpretar a Chile en clave Pinochet después de 17 años´ de gobiernos democráticos, enfatizó el secretario general de la OEA, quien vivió exiliado en Italia y México tras el golpe Pinochet, quien gobernó entre 1973 y 1990. Washington,
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