Una delegación de turistas colombianos que había llegado hace unos días al Perú, con la finalidad de conocer la emblemática ciudadela inca de Machu Picchu, no imaginó jamás que su alegre travesía tendría un final tan trágico e inesperado. Al promediar la una de la madrugada del sábado, cuando se trasladaba de Nasca hacia el Cusco, el bus en que viajaban se salió de la vía y cayó aparatosamente al río Pachachaca, ocasionando la muerte de 13 personas, la mayoría de ellos jubilados.
El presidente regional de Apurímac, David Salazar Morote, precisó que el vehículo siniestrado, de placa TBK-703, pertenecía a la empresa Móvil Internacional Colombiana. La unidad había salido de Colombia hace ocho días y llevaba 34 pasajeros y tres tripulantes (dos choferes y un guía).
Todos los ocupantes provenían de la ciudad colombiana de Neiva, en el departamento de Huila, y realizaban un recorrido turístico por diversas regiones de Sudamérica.
El accidente ocurrió en una zona montañosa, a 69 kilómetros de la ciudad de Abancay, a la altura del puente Santa Rosa, en el distrito de Chupimarca, provincia de Aymaraes. Según la Policía de Carreteras, el exceso de velocidad y la falta de conocimiento del conductor sobre las carreteras peruanas habrían desencadenado la desgracia. Sin embargo, no se descarta una falla mecánica.
Jorge Lara, uno de los sobrevivientes, narró que el bus con los viajeros salió anteayer de Ica, alrededor de la una de la tarde, con dirección al Cusco. "Cuando pasamos por una curva cerca del puente Santa Rosa, no nos explicamos por qué, tal vez por el exceso de velocidad, el conductor perdió el control y caímos estrepitosamente al río. Fue una fatalidad, los vidrios se rompían y hubo personas que salieron volando por las ventanas, pero otros quedaron atrapados en medio de la carrocería retorcida", manifestó.
Por su parte, el copiloto Omar Fierro señaló que el vehículo llevaba dos choferes que se hacían la posta para evitar la fatiga. "En el momento del accidente yo venía durmiendo, pues hace unos momentos había entregado el volante a mi compañero que falleció y no me di cuenta en qué circunstancias el ómnibus cayó al río", dijo acongojado.
María Guillermina Tamayo, otra de las sobrevivientes, señaló que la mayoría de pasajeros no se percató del hecho. "Yo estaba dormida, y cuando desperté uno de los conductores que quedó vivo me estaba sacando. El chofer era bueno; creo que lo que pasó fue que hubo falta de conocimiento de la vía y tal vez sueño", refirió.
Tras enterarse de la tragedia, el presidente regional de Apurímac dispuso el traslado inmediato de los heridos a los hospitales de Abancay para su evaluación. Asimismo, facilitó la comunicación de estos con sus familiares en Colombia y el hospedaje y alimentación respectiva. Además, una camioneta viajó al lugar del accidente para recoger el equipaje de los pasajeros.
Salazar también coordinó con la empresa El Inca la disposición de un helicóptero para el traslado de dos colombianas que resultaron heridas a la ciudad del Cusco.
Por su parte, el presidente Alan García se comunicó con su homólogo colombiano, Álvaro Uribe, para transmitir la noticia y las condolencias por la tragedia. El presidente colombiano anunció que enviará un avión a Lima para llevar dos parientes por cada herido o fallecido en el accidente.
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