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Fracaso escolar

Fracaso escolar

martes 02 de octubre de 2007, 11:32h
Afortunadamente, el presidente andaluz, Manuel Chaves, ha dado una pequeña marcha atrás y ha señalado que su oferta electoral de dar 6.000 euros a todos los alumnos que terminen la ESO y quieran seguir estudiando no será universal: habrá que acreditar escasez de ingresos y obtener unos resultados académicos mínimos. Las medidas de atención universal, como el cheque-bebé o las becas a tutiplén, incluso para alumnos que suspenden cuatro asignaturas, no sólo son un error; también son lo más antisocialista, demagógico e injusto que se puede imaginar. Se regala dinero de todos los contribuyentes por igual a los que les sobra todo y a los que no tienen nada. Se prima un hijo o una matrícula, en lugar de una atención continuada o una oportunidad a quien, mereciéndolo, no puede pagarlo. Eso no sirve para luchar contra el fracaso escolar simplemente, aparca a los chavales en las aulas, aunque no hagan nada. No se prima el esfuerzo ni la necesidad, sino la permanencia. Eso no sirve para luchar contra el fracaso escolar.

El Foro Calidad y Libertad de la Enseñanza acaba de hacer público su último e interesante Documento, precisamente sobre el fracaso escolar, contemplado desde todas las ópticas y con voluntad de ofrecer soluciones. Como dice su presidente, Juan Velarde, no es posible “hablar de calidad educativa cuando uno de cada tres alumnos abandona prematuramente el sistema educativo”. Con esos datos globales, las diferencias entre comunidades autónomas oscilan entre un 13,9 y un 43,2, lo que indica que unos lo hacen mucho mejor, o mucho peor, que otros. Pero no es posible acabar con el fracaso escolar si no se trabaja desde la familia, desde la escuela, desde las Administraciones públicas y desde los partidos y organizaciones educativas. Es decir, no es posible acabar con el fracaso escolar sin un Pacto de Estado. Pero como dice Manuel de Castro, secretario general de la FERE, “el debate educativo está claramente polarizado y politizado” y así, es muy difícil “recuperar el rumbo y centrarnos en lo que realmente importa”: la calidad de la educación. El Foro sostiene que las soluciones “no tienen color político, son técnicas y profesionales y deben pasar por una mayor autonomía pedagógica y organizativa de los centros”. Pero quienes debieran, no escuchan.

Haría falta convocar a todos los implicados profesionalmente –educadores, psicólogos, sociólogos, padres, profesores- y pedirles una reflexión dirigida a los políticos. Hay que recuperar la búsqueda del éxito escolar, la política del esfuerzo, la prevención de los riesgos, implicar a todos los sectores, recuperar la autoridad moral del profesorado, ver qué podemos hacer cada uno por mejorar la educación, adoptar soluciones aunque sean costosas, ser positivos, flexibles y abiertos y dar autonomía a los centros para educar en la libertad y en el trabajo. En educación, nada se consigue sin esfuerzo, sin reglas, sin disciplina y sin libertad. La educación es una apuesta de futuro, pero no puede estar sometida a los vaivenes políticos ni a las promesas electorales. Con algunas cosas no se debería jugar.
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