¿Hay fecha límite para enamorarse?
lunes 10 de octubre de 2011, 07:58h
MODAS INFAMES
La alta tasa de
divorcios que en Malasia afecta
a matrimonios de ancianos, animó hace ya un año a las autoridades locales
a organizar clases de educación sexual dirigidas a un buen número de
parejas de este grupo de
población que se encontraba al borde de
la separación.
El experimento fue
seguido por más de 300 parejas
que recibieron recomendaciones sobre distintas maneras de
reavivar el interés por el sexo a su edad, o el uso -bajo prescripción
facultativa- de fármacos como la Viagra.
El programa tenía,
además, una fase complementaria, que consistía
en sufragar a estas parejas con
problemas conyugales una segunda luna de miel para que hubiera menos separaciones, y el experimento fue todo un éxito
porque varios matrimonios solucionaron sus diferencias y cancelaron sus
peticiones de divorcio.
El caso español
Pero, ¿cómo andan los
abuelos españoles en este terreno?
Supongo, en primer lugar, que todos y cada uno de
ellos-socialistas o no, populares o no...-
saben que con ese término incluyo
a los dos géneros, masculino y
femenino, porque hablan mucho mejor
que las ínclitas abanderadas del pseudofeminismo español, Aido y Pajín, que nos han
inundado de esta jerga feminista mal
entendida que obliga a todos
y a todas, a hacer
separación de géneros
cada renglón y medio hasta hacer
hiperaburrida cualquier charla o
escrito del fundamentalismo feminista
patrio post Ley de Igualdad.
A quien. sin duda, no
hay que recurrir en modo
alguno para encontrar respuesta
a esa pregunta es a la legión de comentaristas
de la prensa rosa que andan
últimamente más ocupados que
preocupados por ver como acaba la historia de amor
de la duquesa de Alba ya que,
según nos cuentan en sus crónicas, a sus 85 años ha vuelto a casarse
por tercera vez.
Mucho me temo, sin
embargo, que los colegas aludidos no conocen el asunto en su
justa dimensión. Entre otras cosas porque no visitan
con la asiduidad que debieran residencias, centros de día, hogares del
pensionista y lugares similares en donde el amor y el deseo siguen vivitos y
coleando también sobrepasados los 80. Allí
podrían encontrar historias
de amor a docenas porque parece
que buena parte de ellos quieren vengarse de que la
juventud se les fuera en prohibiciones, refinamiento
en los modales y doctorado en apariencias y que, de pronto, han decidido echar todas ellas de cabeza al río más próximo. Y digo esto
porque me cuentan amigos -unos por experiencias cercanas y otros
porque son profesionales en ese
campo-, que
nuestros mayores andan ahora desinhibidos y tan europeos
en este terreno como sus
colegas suecos, franceses o
alemanes.
Doña Cayetana
Estar enamorado es,
posiblemente, una de las mejores fórmulas para
exprimir la vida y de ello ha dado
buena muestra a lo largo de las últimas décadas la duquesa. La pregunta que ha lanzado la aristócrata a España y al mundo entero parece evidente: ¿Hay fecha límite para enamorarse? La duquesa de Alba
tiene clara la respuesta, como ha demostrado con su actitud...
A ver si es que la gente lo
que no perdona a doña Cayetana es que
su novio tenga 25 años
menos que ella. Y es que, de envidiosos
está ya el mundo lleno.
¡Felicidades señora duquesa! ¿No será
que a muchos hombres y mujeres, y no precisamente de
su edad, les gustaría
parecerse a Vd. que siempre ha
puesto por delante su
libertad y apartado de su camino
el miedo al qué dirán?
Columnista y crítico teatral
Periodista desde hace más de 4 décadas, ensayista y crítico de Artes Escénicas, José-Miguel Vila ha trabajado en todas las áreas de la comunicación (prensa, agencias, radio, TV y direcciones de comunicación). Es autor de Con otra mirada (2003), Mujeres del mundo (2005), Prostitución: Vidas quebradas (2008), Dios, ahora (2010), Modas infames (2013), Ucrania frente a Putin (2015), Teatro a ciegas (2017), Cuarenta años de cultura en la España democrática 1977/2017 (2017), Del Rey abajo, cualquiera (2018), En primera fila (2020), Antología de soledades (2022), Putin contra Ucrania y Occidente (2022), Sanchismo, mentiras e ingeniería social (2022), y Territorios escénicos (2023)
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