Las primeras elecciones de la 'primavera árabe' se han saldado con una victoria del islamismo moderado de Nahda tras unos comicios que transcurrieron con una tranquilidad ejemplar, según los observadores internacionales y los primeros recuentos, pero según ha podido saber Diariocrítico Túnez también vivió anécdotas más o menos 'tirantes' el pasado domingo. Incluso el líder islamista El-Ganouchi se llevó una 'pitada' al intentar colarse en un colegio electoral.
Miles de observadores -3.800 del Observatorio Nacional de la Coalición de la Sociedad Civil y un centenar de la Unión Europea- 'tomaron' las calles de Túnez para vigilar el desarrollo de la jornada de votación y, según el relato de uno de los europeos, se detectaron actitudes llamativas para tratarse del país árabe más aperturista.
En algunos barrios populares y del centro de la capital se formaron dos filas para votar, una para hombres y otra para mujeres. Algo que no venía impuesto por ninguna norma sino por una 'espontánea' organización para la espera de hasta 3 horas en las puertas de los colegios electorales. Además, en las colas se pudo ver a algunos representantes de los partidos políticos, especialmente de Nahda, que intentaban atraer para sí el voto de los electores, aunque en algunos casos la propia población los echó de allí. Un rapapolvo también se llevó el propio
el-Ganouchi, líder de Nahda, cuando intentó pasar a votar sin hacer la cola.
Los electores entraban de uno en uno a las salas de votación. En la puerta les pedían la documentación y después entraban, firmaban, colocaban la huella con tinta indeleble para que no votaran otra vez y tachaban con una cruz al partido escogido en una sábana gigante que incluía todas las opciones presentadas. Un sistema que confundió a más de uno, pero que en todo caso tenía una fácil solución sin llegar a ocasionar incidentes graves.
Ejerció el derecho a voto el 90% de los registrados, aunque hay que decir sólo se inscribió previamente el 54% de la población. No obstante, los electores que no se hubieran inscrito en su momento, tuvieron una segunda oportunidad al poder votar en mesas especiales colocadas en sus lugares de origen. De hecho, la organización ha sido bastante bien valorada por los observadores ya que incluso se podían mandar mensajes de móvil sms para saber la mesa asignada para la votación y las quejas se han orientado más a la falta de personal.
El balance es claramente positivo para las exigencias democráticas las primeras elecciones de la 'primavera árabe', no obstante hay rumores promovidos por algunos escépticos que ponen en duda la honestidad de Nahda. Las malas lenguas hablan de que en algunos pueblos pequeños los islamistas podrían haber comprado votos, aunque no hay nada probado al respecto, y se pone el acento en la falta de transparencia de su financiación, al parecer mayoritariamente de origen extranjera de mecenas privados del golfo Pérsico que habría permitido una importante movilización de los suyos en la campaña.
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