La España de puente y pandereta
domingo 27 de noviembre de 2011, 13:21h
¿Seguro que los españoles nos hemos enterado ya de que el mundo está en pleno viraje hacia quién diablos sabe dónde? No lo sé; la lectura demorada de lo que está ocurriendo nos informa de que el inminente presidente del Gobierno está meditando qué hacer, a quién nombrar, cómo entrarle a Europa. Y uno se pregunta si no debería venir Mariano Rajoy ya meditado de casa, convencido desde hace meses de la enormidad y dificultad de la tarea que le espera. No sé a qué viene ofrecer esta sensación de estar abrumado y prolongar la incertidumbre de unos españoles que, da la impresión, tampoco están por la labor de empezar a hacerle nuevos agujeros al cinturón. Claro que, cuando analizamos los resultados -o sea, ninguno-de la reunión del comité federal del PSOE que convocó un congreso para febrero en Sevilla, nos convencemos de que esto parece no tener remedio: aquí estamos, como si nada hubiera pasado, como si nada estuviera ocurriendo. Lo confieso: yo esperaba mucho más de estos primeros días de Rajoy --¿qué menos que salir a una rueda de prensa de las de 'con preguntas' a contarnos siquiera someramente sus planes?-y muchísimo más del comité federal 'de reflexión' (¿?) del PSOE. Esperaba también muchísimo más de una España civil que pide poco, que parece empeñada en prolongar lo de siempre, negándose a mirar lo que ocurre más allá de los Pirineos, aunque sepa que, en el futuro inmediato, casi nada va a ser igual a lo que era, quizá comenzando por el propio euro. Y ahí seguimos: pensando en qué hacer en los 'puentes' festivos que nos vienen, anticipo inmediato de las fiestas navideñas, paz y bien, luces, abetos adornados y almuerzos de jolgorio y camaradería. Claro que nadie, y yo menos que nadie, quiere estropear el ánimo del país alegre y confiado. España cuenta, entre sus muchos atractivos, con el de ser una nación divertida, y es imprescindible que siga siéndolo. Pero tengo la sensación de que no estamos siendo plenamente conscientes de los cambios que nos vienen. Alguien, cercano al palacio de La Zarzuela, me comentaba, y solamente a modo de ejemplo lo cito, los problemas que el mismísimo Rey va a encontrar este año para enhebrar su tradicional mensaje navideño, en el que ya ha comenzado, me dicen, a pensar y que ahora no podrá ser tan tradicional ni tan repetitivo. Porque en 2011 han ocurrido muchas cosas. Y más que van a ocurrir, presumiblemente, en 2012. Y conste que no todas esas cosas tienen por qué ser malas: de las crisis se sale con imaginación, con valor, con esfuerzo, con el pragmatismo de saber que la realidad es tozuda, y... con sacrificios. Mariano Rajoy tiene, en mi opinión, que comparecer esta misma semana ante los medios, o ante el foro que elija, y ofrecer un programa real de actuación a unos españoles que no se lo exigieron a la hora de votarle. A esos españoles, a nosotros, que, también hay que reconocerlo, nos aferramos al país de 'puentes' y pandereta del que se dolía Machado. Y el cambio no afecta solamente al rostro que ocupe el despacho de La Moncloa: me temo, señores, que el cambio también somos todos y cada uno de nosotros.
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Comentarios
Últimos comentarios de los lectores (2)
1086 | kroker - 29/11/2011 @ 08:17:45 (GMT+1)
Ciertamente que en España tienen que cambiar muchas cosas, y creo que ese cambio ha empezado ya. Quizá lo que se avecina sea poco más o menos lo que pasó en Gran Bretaña cuando M. Thacher llegó al poder y puso el país patas arriba, para bien o para mal. La duración de los conservadores en el poder fue larga, muy larga, diría que extremadamente larga. Visto lo visto, el PSOE parece no haberse enterado todavía de lo que les ha pasado; han pedido todo el poder, y el poco que les queda (Andalucía) está al caer. Los españoles han dejado de confiar en ellos, y si bien es cierto que el voto perdido no ha ido en masa al PP, les costará recuperarlo muchísimo tiempo; han fallado, y de qué manera. No tienen razón cuando dice que el PP ha llegado a su techo, puesto que con lo mal que va todo, a poco que haga MRB algo positivo y levante el empleo en estos 4 años, muchos de los votos que se han ido a otras formaciones, pueden llegar a ser captados por el PP. En fin, interpretaciones habrá para todos los gustos, pero lo cierto es que ese "suelo" de 7 millones de votos, se puede ir erosionando con el paso del tiempo.
Este país tendrá que cambiar, puesto que no se puede seguir mirando para otro lado, y los cambios habidos en esta década como si no fueran con nosotros. Se tiene que acabar con la "mentalidad funcionarial" de la mayoría de nuestro políticos y también, porque no decirlo, de muchos ciudadanos, sean sindicalistas o empresarios, trabajadores o autónomos. La cultura de la subvención y el pesebrismo, anida en nuestra sociedad como una enfermedad crónica. Los dineros que van a organizaciones empresariales y sindicatos tienen que salir de sus propios afiliados; los dineros de los partidos tienen que estar regulados por una Ley de financiación ya, para empezar a terminar con la corrupción política. Muchas cosas tendrán que cambiar, y espero que sean para bien.
1075 | Jose Luis Blanco - 28/11/2011 @ 10:51:47 (GMT+1)
Sr. Jauregui, tiene muchisima razon, pero a lo peor es por esto, que los españoles estamos como "locos" por salir de esta cruda realidad, donde somos los de siempre, los que nos apretamos el cinturon, viendo como se siguen cometiendo verdaderas injusticias, sociales por parte de los "personajes" que nos rodean. Se llevan el dinero a manos llenas, hablan por una parte de sueldos dignos para politicos, sueldos extraoordinarios para determinados individuos y por otra parte se habla de recortar y reducir salarios, que de por si son INDIGNOS y MISERABLES Si, seguiremos apretandonos el cinturon, pero que no nos nieguen el derecho de poder huir un poco de esta realidad, mientras que podamos.
Muchas gracias
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