El PP no contará en esta legislatura con 186 diputados, que son los que teóricamente logró en las pasadas elecciones generales. Tendrá uno menos, 185, ya que Carlos Salvador, el diputado que encabezó la lista del pacto UPN-PP reeditado en Navarra, se integrará en el Grupo Mixto al igual que harán en la Camara alta los senadores que pertenecen a la formación de Yolanda Barcina, tal y como quedó plasmado en el acuerdo electoral que firmaron ambos partidos antes del 20-N.
No obstante, eso no supondrá ningún quebranto para
Rajoy, que goza de una amplia mayoría absoluta, porque, además,
Salvador se ha comprometido a votar a favor de la investidura del líder del PP y tanto él como los senadores de UPN van a apoyar también los Presupuestos Generales del Estado que presente su Gobierno. Pero hasta ahí llega el acuerdo mientras se da la paradoja de que en Navarra siguen gobernando con los socialistas del PSN.
Lo que si es cierto es que gracias a la reeditada coalición las dos formaciones que la integran han conseguido, además de frenar el ascenso de los nacionalistas, mantenerse como primera fuerza política en la Comunidad Foral, con dos diputados, Salvador, de UPN, y
José Cruz Pérez Lapazarán, del PP. En el Senado obtuvieron 3, dos de UPN -que también se irán al Grupo Mixto- y 1 del PP.
Tener "voz propia" en el Parlamento El empeño de los regionalistas, capitaneados ahora por
Yolanda Barcina, era tener "voz propia" en el Congreso y en el Senado para "defender los intereses de Navarra". Pero Salvador se ha encontrado con que el Grupo Mixto del Congreso va a parecer el 'camarote de los hermanos Marx', con 9 partidos -más el suyo- de diferente 'pelaje' y procedencia: 2 representantes del BNG; 1 diputada de Geroa-Bai; 1 diputado de Foro Asturias; 1 de Compromis; 3 de ERC; 2 de Coalición Canaria (CC) ; y, si no consiguen grupo propio, 5 diputados de UPyD y 7 de Amaiur. En total el Mixto estará formado por 22 parlamentarios.
Esto supondrá no solo que tendrán que 'apiñarse' en las dependencias destinadas al Grupo Mixto y compartir asistentes, sino también que deberán 'rotarse' para ejercer como portavoces -cada mes, uno, lo que les da derecho a asistir a las reuniones de la Junta de Portavoces- , o para realizar preguntas al Presidente del Gobierno en las sesiones de control de los miércoles; que tendrán que repartirse el cupo de iniciativas y preguntas escritas así como el tiempo para intervenir en los plenos. Y, lo que es peor, también deberán 'administrar' entre todos el dinero que el Estado otorga a cada grupo parlamentario y la asignación que les da la Cámara.
Un panorama indudablemente mucho peor que en la legislatura pasada, en la que a Salvador ya le costó adaptarse a su nueva situación cuando inesperadamente 'aterrizó' en este complejo grupo tras la abrupta ruptura en Navarra del pacto con el PP. Entonces, el otro diputado de UPN, Santiago Cervera, optó por pasarse al PP y ahora u nombre está en las quinielas de 'ministrables'.
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