Europa nueva

El próximo nuevo año va a ser año nuevo para Europa, necesitada de profundizar su integración económica si quiere mantener su privilegiada área monetaria. Al euro le fallan los cimientos y va a ser necesario inyectarle cemento.  La normativa fiscal y presupuestaria de las naciones que pretenden superar tanto sus crisis propias como el desequilibrio del conjunto tiene que castigar coactivamente los déficits dando una fuerza a la constitucional disciplina económica.
 
La dificultad no está en la mentalidad isleña de Gran Bretaña ni los recelos del norte hacia el sur, sino en la capacidad política y los respectivos gobiernos para imponer en cada nación las consecuencias inmediatas de los pactos y acuerdos comunitarios.  España, por el momento, se ha encontrado en la mejor coyuntura para afrontar la situación. Es un golpe de suerte la coincidencia del punto de inflexión de la crisis europea con unas elecciones generales La Europa nueva va a estrenar, entre nosotros, un nuevo gobierno con mayoría absoluta y con una oposición en cierto grado comprometida con una mentalidad europeísta. Nada que ver con los tecnócratas de base inestable de Italia y Grecia y hasta con un horizonte de estabilidad de cuatro años más largo desde punto de partida del que disponen Merkel y Sarkozy. Desde este punto de vista Rajoy, al hacerse cargo ce una herencia envenenada, ha tenido un premio que es, a la vez, una exigencia. Va a salir a escena sin desgaste previo y entre amigos del Partido Popular en mayoría en Europa. Va a salir tras una dirección económica tan errática y con resultados tan negativos que resulta difícil suponer que pueda hacerlo peor, aunque no les guste a todos.
 
Se está cumpliendo aquel refrán de no hay mal que por bien no venga. El retraso de Zapatero en convocar elecciones, tantas veces comentado, ha evitado al nuevo gobierno unos meses de zozobra en que los impulsos internos para salir de la crisis tropezaban con  las vacilaciones y los remiendos de una Europa a la deriva. El previsible programa de salvación de Europa coincide con el previsible programa del Partido Popular de España y si la cosa funciona bien, podemos embarcarnos en un esfuerzo colectivo armónico. Solo cabe pedir que estemos todos a la altura de las circunstancias.