Asimismo,
Gorina, que ha prestado declaración durante casi tres horas,
ha afirmado, según la documentación que se le ha exhibido, que la
primera factura que le consta a nombre de
Camps por un traje de Milano
es de 28 de noviembre de 2005. Además, ha dicho que en otra factura por
la misma prenda figuraba 'francisco camp', y que en otra más se había
modificado a mano el código de encargo, pero que este hecho "no
invalidaba la factura". También ha concretado que las medidas de encargo
para los trajes de Milano no coincidían con las de Forever, aunque ha
indicado que podía deberse a que "cada modelo puede ser diferente".
Gorina, que fue administrador de la mercantil hasta su
liquidación, en el año 2008, ha señalado sobre estos pedidos que él no
sabía que estaba confeccionando trajes para Camps: "Me he enterado que
hacíamos trajes para Camps porque me lo han dicho. Yo llevaba temas
informáticos y de administración y nunca veía para quién eran los
trajes", ha puntualizado en diferentes momentos del interrogatorio.
DocumentaciónAdemás,
el administrador, quien ha mantenido que la documentación que remitió
al juzgado no estaba manipulada porque eran facturas que constaban en
los libros de la sociedad y en los del IVA, ha añadido que desde las
tiendas les enviaban una hojas de pedido en las que podía aparecer o no
un nombre en las etiquetas en los bolsillos.
También hay casos, según ha dicho, en los que no constaba ningún nombre
desde la tienda.
"Es una opción de la tienda, como si quieren poner su número de
modelo", ha puntualizado, y ha añadido que no es lógico que en el nombre
de la etiqueta se pusiera un nombre diferente al del destinatario
final. "No es lógico, pero eso ya es un problema de la tienda", ha
apostillado.
Asimismo, estas hojas de pedido llevaban un número determinado
que luego correspondía con la hoja de confirmación de encargo y con la
factura emitida. Gorina ha indicado que tras la confirmación del pedido,
se confeccionaba el traje y, tras ello, se enviaba al cliente --Milano o
Forever Young-- y se remitían las facturas correspondientes.
Al respecto, ha matizado que cuando se pagaba una factura por un
cliente era porque se habían hecho las prendas y se habían entregado, y
ha añadido que Forever "no les debe nada". Además, ha indicado que
había hojas de encargo que se remitían casi vacías, con lo que los datos
se tenían que contemplar vía conversación telefónica. Esto, según ha
dicho, no estaba bien hecho pero "era normal", ha aseverado.
Preguntado por cómo se tomaba la talla a los clientes, ha
explicado que de cada patrón o forma de traje se hacían una serie de
tallas que remitían a las tiendas y allí tenían la colección. Sobre este
patrón, se tomaban medidas al cliente y se indicaban datos para
modificarlo, si era necesario. "Esto es lo que solía hacer, aunque no
siempre", ha dicho.
En este establecimiento --Forever--, el administrador ha
concretado que existen hojas de encargo a nombre de Camps por un total
de cinco trajes. Ha indicado que pese a que en el nombre de hoja de
pedido figuraba 'Sr. Camps' y en la de encargo se indicaba 'Francisco
Camps', el destinatario era el mismo puesto que coincidía el mismo
número en los dos documentos.
En este punto, preguntado por qué en alguna hojas ponía
'Francisco Camp', sin la 's', ha indicado que no sabía a que se debía,
pero ha apostillado que en las hojas de pedido y de encargo, pese a no
ser el mismo nombre exacto, el número coincidía. Así, al ser preguntado
si podía deberse a que fuera otro pedido diferente, ha contestado que
"no" porque "lo que manda siempre es el número de pedido".
En una de estas facturas emitidas a Forever y en la que constaba
el nombre de Francisco Camps, se especificaba 'viajes señor Camps por
orden señor Tomás', y al ser interpelado a qué correspondía esta
anotación, el testigo ha declarado que podía intuir que se había hecho
un viaje indicado por Tomás para discutir un tema de calidad o algo
similar. "Aquí hay un viaje que se ha cobrado", ha dicho sin concretar
nada más.
CostaGorina también ha señalado,
tras observar la documentación, que le constaba la confección de un
traje y de seis pantalones en cuya etiqueta figuraba el nombre de
'Ricardo Costa' que luego se facturó a Forever Young. "La factura
certifica que lo hemos facturado; consta que se han confeccionado y que
se han enviado a Forever", ha puntualizado.
Asimismo, figuran hojas de confirmación de pedido a nombre de
Costa en la tienda Milano de la calle Serrano. Sin embargo, las medidas
tampoco son las mismas que las que constaban en los trajes para Forever,
algo que no ha podido explicar porque desconocía el motivo.
En una de las hojas ponía 'haced rectificaciones enviadas
respecto al último pedido' y, sobre ello, al ser preguntado por el
motivo de esta anotación, ha señalado que "en principio tuvo que haber
un pedido anterior o porque salió mal el primero y se pidió que se
repitiera".
El letrado de Costa también se ha interesado en su turno de
preguntas por si los trabajos que se realizaban a Forever y Milano
correspondían al encargo final de un sastre de toda la vida, y éste ha
indicado que "el sastre tampoco inventa el patrón de cero. Nosotros
deformamos el patrón, que es matemático, es algo diferente a lo que hace
un sastre", ha agregado.
Asimismo, le ha exhibido dos pedidos, uno de Milano y otro de
Forever, con un mismo modelo de pantalón en el que figuraba una
diferencia entre ambos de cuatro centímetros, y le ha preguntado si eso
era normal. El testigo ha apuntado que no era normal, que no sabía si
había algún error, si estaba bien o mal, o si había solicitado que
alguno se dejara sin acabar la vuelta.
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