www.diariocritico.com
Y luego viene la Pascua militar, y luego...

Y luego viene la Pascua militar, y luego...

jueves 29 de diciembre de 2011, 12:33h
La imputación de Iñaki Urdangarín, esperada, no es por ello menos impactante. Han ocurrido muchas cosas estos días en La Zarzuela, entre ellas, me dicen, una muy triste cena de Nochebuena. Pasan cosas que antes no sucedían en muchas familias españolas, porque ya nada es como era hace unos años, y la familia real no tiene por qué ser diferente. Lo que no puede ser es que ahora cada comparecencia del Rey sea analizada en función de si dice o no algo en clave que puede interpretarse como una alusión a las actividades de su yerno, de su hija o de cualquier otra institución o estamento que se encuentre bajo sospecha. Y, así, cuando Su Majestad intervenga en la Pascua militar, dentro de una semana, parecerá que, más que dirigirse a la familia castrense, está dirigiendo algún tipo de mensaje subterráneo en relación con el último episodio de la saga, por más que no sea esa su intención.

Algo está cambiando muy profundamente en la Monarquía española, y no solamente, desde luego, porque la Casa haga públicas sus cuentas, hasta ahora opacas sin ninguna razón para que eso fuese así, como se ha podido comprobar. La Jefatura del Estado es relativamente barata, y lo dice quien tantas veces se ha proclamado monárquico, es cierto, pero quien también tantas veces ha criticado algunos comportamientos económicos, éticos y estéticos que me parecían improcedentes.

Mi opinión es que estos cambios, de los cuales la transparencia presupuestaria no es sino un mero aperitivo, deben acelerarse y que el papel del Príncipe, tan elogiado por su padre en el discurso de la pasada Nochebuena, se incremente y se acentúe: al fin y al cabo, Don Felipe nada tiene que ver, patentemente, con cualquier negligencia 'in vigilando' de las actividades de su cuñado, nada con historias del pasado de cualquier juez, muy poco con viejas concepciones del Sistema. No estoy hablando, contra lo que algunas veces se me ha reprochado, de una abdicación pura y dura de Su Majestad: Don Juan Carlos de Borbón ha rendido enormes servicios a España, y su figura sigue siendo clave para la buena marcha de la Monarquía. Lo único que digo es que la larga sombra de Urdangarín, cuyo ducado de Palma debería cuestionarse, va a pesar durante bastante tiempo -ahora empieza el largo camino judicial-sobre cualquier actividad del Rey, y que esas actividades de representación de la Monarquía española, tan necesarias, no pueden resentirse por ello.

Los españoles tenemos la suerte de contar con un heredero lleno de cualidades para serlo. Hay que buscar soluciones imaginativas para que el futuro Felipe VI, que ha salido indemne de las habladurías y malevolencias que siempre, con razones o sin ellas, han querido salpicar a La Zarzuela, incremente de manera sensible su papel, y lo haga acercándose  más a los españoles. El Trono de España no puede comportarse como el británico, ni como el sueco, el danés o el noruego, simplemente porque ni la situación es la misma ni es idéntica la implantación de la idea monárquica en el cuerpo social: aquí, el Monarca se tendrá que ganar el puesto cada día. Y Don Felipe de Borbón, me parece, lo sabe.


- Urdangarín, imputado: el juez del 'caso Palma Arena' llama a declarar al duque de Palma
¿Te ha parecido interesante esta noticia?    Si (2)    No(0)

+
1 comentarios