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La visita de Gates: estrategias globales y regionales

La visita de Gates: estrategias globales y regionales

domingo 14 de octubre de 2007, 01:06h
La reciente visita a Chile del Secretario de Defensa de Estados Unidos, Robert Gates, constata que la preocupación estratégica de Estados Unidos por América Latina, sigue siendo una constante de su política exterior, y la región mantiene su calidad de ser una de las prioridades globales.

La gira de Gates se inició en El Salvador, para pasar a Colombia, y luego visitar Chile, Perú y Surinam. Y estuvo marcada por los contenidos que Estados Unidos ha marcado en su agenda de política internacional, ya sea en su área diplomática como en la militar.

Sin duda, como lo han difundido medios estadounidenses, una preocupación específica de la región  es la llamada “izquierdización” del escenario político gubernamental en varios países de América Latina, simbolizado por lo representa su política en el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, tras el cual estaría Fidel Castro y, según suponen en la Casa Blanca, se alinearían Bolivia, Ecuador, Nicaragua.

Pero, en diverso grado, se podían agregar a ellos otros países o gobiernos como Argentina, Uruguay, Panamá, Chile.

El problema es que en el juego maniqueísta de la administración Bush de dividir el mundo entre buenos y malos, sus aliados o el Imperio del Mal, los sumidos o los países “canallas”, la expresión democrática de los países de América Latina, que buscan salir de la inequidad y la pobreza, mediante la búsqueda de salidas que superen el “Consenso de Washington”- (que decía un ex presidente latinoamericano, “tiene más de Washington que de consenso) puede resultar una amenaza a su  Orden Internacional Unipolar.

El tema es que objetivamente el Secretario de Defensa  Gates, no vino a pasear a la región. Cada país visitado tenía su objetivo y la región debe entender que Estados Unidos, está preocupado y está tomando posiciones  para mantener su retaguardia, el patio trasero del que se hablaba antes, si no tranquila, al menos bajo control.

El desafío chavista no es tanto por lo que dice el locuaz presidente venezolano, sino por el contenido de un mensaje que recoge la incomodidad, las molestias, el malestar, y la protesta natural de una región donde hay 205 millones de personas bajo los niveles de pobreza.

Y esto no puede dejar de tener un efecto en la doctrina militar de dominio global de Estados Unidos. En sus concepciones de seguridad, y claro, en sus hipótesis de conflicto y sus escenarios bélicos.

América Latina debe entonces asumir como una tarea el desarrollo de una doctrina de defensa y seguridad propia, que enfrente las amenazas objetivas para su estabilidad democrática e institucional, su independencia, soberanía nacional y regional, su seguridad en suma.

América Latina debe elaborar su Doctrina de Seguridad y defensa propia, sobre la base de su realidad, sus objetivos y su destino, que haga de su independencia, el escudo contra los intentos de subordinarla a estrategias no tan sólo ajenas, sino que la ponen en  riesgo

Esto implica también una preocupación por los problemas de seguridad globales,  precisamente para  cuyo apoyo Estados Unidos necesita a América Latina como un patio trasero seguro

Robert Gates vino a Chile y a la región no sólo a intentar alinear a los países, gobiernos, y en especial las instituciones militares, con cuyos altos mandos mantuvo reuniones más allá del protocolo de un visitante, sino a comprometer posiciones en apoyo a la estrategia militar y política global de la Casa Blanca y el Pentágono.

Uno de los temas de esa agenda imperial, quizás el de mayor  riesgo para la seguridad internacional, es el de la creación por parte de Estados Unidos de un nuevo sistema antimisil, dejando de lado el sistema de seguridad logrado con el Kremlin a través de complejas  negociaciones iniciadas el 26 de mayo de 1972, cuando los dirigentes de la Unión Soviética y de Estados Unidos, firmaron en Moscú el Tratado de Defensa Antibalística (ABM).

Hoy por hoy,  todo el andamiaje  de seguridad logrado tras arduas negociaciones se ha derrumbado, cuando la Administración del presidente George Bush, anuncia su decisión  de crear el Sistema Nacional de Defensa Antimisiles, el más ambicioso proyecto bélico de la historia del país del norte.

En realidad, el camino hacia una nueva forma de confrontación bélica global se inició en 1983, cuando el presidente republicano Ronald Reagan, lanzó la Iniciativa de Defensa Estratégica (IDE) que contemplaba el emplazamiento en el espacio cósmico de algunos componentes de defensa antibalística, proyecto bautizado como "Guerra de las Galaxias".

El argumento para justificar el nuevo plan agresivo a escala mundial es el eventual peligro de un ataque balístico contra EE.UU. por parte de los llamados "países canallas" o "países que suscitan inquietud", entre los que inicialmente se calificó a Corea del Norte, Irán e Iraq.

El hecho de que no existan evidencias políticas, militares o técnicas de que tal peligro exista, no ha detenido los planes de despliegue bélico de Estados Unidos, escenario que contempla la creación de un sistema antimisil (NMD) en los países de Europa Central.

La argumentación  recuerda las afirmaciones sobre la existencia de armas de exterminio masivo en Irak, para justificar la invasión y ocupación del país a partir del 20 de marzo del 2003, que como lo constataron Naciones Unidas y los expertos del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), resultaron absoluta y totalmente falsas.

(El Salvador, país donde Gates inició su gira latinoamericana reciente, es el único en mantener tropas en las fuerzas de ocupación de Irak, unos 280 hombres).

Se ha generado entonces una nueva situación estratégica en Europa, y en el mundo. Un sistema de misiles de caza se instala en la frontera de Rusia, con capacidad de amenazar la profundidad estratégica del país.

Una contramedida rusa, la instalación de los correspondientes misiles rusos apuntando hacia Europa y las bases de lanzamiento de Europa central, sería una respuesta absolutamente lógica desde el punto de vista de las decisiones militares del Kremlin

Pero evidentemente, se volvería a la tétrica etapa de mostrarse los dientes nucleares. Mantener el mundo al borde del suicidio nuclear, complicándose en extremo la situación de seguridad global, los procesos de desarme global, y se volvería a una nueva etapa de carrera armamentista en todo el mundo.

El análisis estratégico constata que el sistema nacional de defensa antimisiles está destinado a poner en la mira nuclear a Rusia y China, potencias que tienen en sus arsenales misiles balísticos y con capacidad para, eventualmente, amenazar a Estados Unidos.

Los grupos de poder de Estados Unidos, los mandos militares, los poderes políticos y económicos del país, buscan reforzar hasta hacerlo imbatible el dominio estratégico de EE.UU. en el escenario internacional, convertir el país en una fortaleza inexpugnable, utilizando el sistema NMD como un instrumento eficaz de la política de imposiciones. y subordinación

Pero esta tentación del poder unipolar total es un grave riesgo para la estabilidad estratégica en el mundo, y las peligrosas tensiones y desconfianzas pueden afectar gravemente tanto el balance y equilibrios mundiales, como las situaciones regionales, con sus inevitables
consecuencias políticas y económicas.

Sin duda es un tema a considerar en la discusión de la situación estratégica de América Latina, y en el diseño de sus propias políticas de seguridad, que eviten volver a ser nuevamente rehenes de doctrinas bélicas ajenas y amenazantes.

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Marcel Garcés
Periodista
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