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Los suecos presentaron sus dos 'Road Salt'

Crónica del concierto de Pain of Salvation en Madrid (20/02/2012)

Por Pablo M. Beleña
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martes 21 de febrero de 2012, 12:01h
Algunos daban por muertos o heridos de muerte a los suecos Pain of Salvation. No había nada más que ir a uno de sus conciertos de esta gira para comprobar que es absolutamente erróneo. La nueva era de la banda consolida y asienta la calidad que atesoraban ya y ofrecen uno de los mejores directos posibles en estos momentos en el progresivo internacional. Impresionantes.

Quien sospechaba que peligraba el grupo con las últimas salidas se equivocaba. La ausencia del carismático Johan Hallgren a las guitarras y coros parecía una herida mortal. Pero no. Ragnar Zsolberg nos ha dejado la boca abierta a todos con su look de nórdico adolescente, una actitud bestial sobre escena y una capacidad instrumental más que notable. El teclista 'emo' Daniel Karlsson, antes bajista con los propios Pain of Salvation cumple, que no es poco. Es el nuevo renacer de Pain y lo hacen con una altísima nota.

Y es que el punto fuerte del concierto fue conocer el nuevo despliegue en directo de la dupla  Gildenlöw-Zsolberg, cuyo resultado fue sobresaliente. Se compenetran a la perfección, tanto o más como podían hacerlo antes el propio Daniel con el hombre de las rastas, Johan Hallgren. El recién fichado islandés pareciera un mellizo de Daniel, puesto que parece que llevaran toda la vida cantando y tocando juntos las guitarras.

Sobre el concierto, más noticias positivas al margen de lo puramente musical: excepcional entrada en Caracol, sobre las 400 personas, y un ambiente festivo que comenzó ya con la actuación de los teloneros Cryptex, una banda alemana de folk-prog muy buena en directo, con gran presencia y carisma. La hora, inmejorable: a las 21:15 comenzaron Pain, y entre semana se agradece para los que madrugamos al día siguiente.

El setlist, formidable: 15 temas, claramente divididos entre los nuevos temas de los dos últimos discos y un pequeño repaso por lo más conocido de su carrera. Tener el lujo de presentar en directo hasta 7 canciones 'nuevas' y que no decaiga la fiesta, sino lo contrario, dice mucho de un grupo. Y es el caso de los de Gildenlöw, que pese a las críticas o las dudas sobre su nuevo giro musical en los 'Road Salt' uno y dos, es evidente que movilizan incluso a más seguidores. Sobre todo cuando esos temas son temazos, con la única excepción de 'Ashes', que se como segundo tema tras la intro 'Road Salt Theme' y 'Softly She Cries'. Sonaros excepcionalmente geniales y sublimes la melancólica '1979' y la potente 'Linoleum'. Esta última me resultó, sin duda, como una de las mejores interpretaciones en directo que he escuchado en años. La canción ya de por sí es bestial en estudio. Pero en vivo gana más y lo de Daniel y Ragnar fue de escándalo, de premio. Dejaron a toda la audiencia alucinados.



La parte central del concierto contó con 'greatest hits' que hicieron las delicias de sus seguidores más veteranos. Y escuchar en una sala tremendos temas como 'Ending Theme' y 'The Perfect Element' o la colosal 'The Perfect Element' ya justifica una entrada. En esta tercera canción mencionada fue en la única, sin embargo, donde se vio a los chicos algo desacoplados todavía, aunque el mérito de haber salido de gira con tan poco tiempo para ensayar y asentar la nueva formación es de gran valor.

Otro puntazo que no habría que olvidar es de las luces, algo que en nuestro país suele dejar mucho que desear, cuando no olvidar, directamente. El juego lumínico debe ser siempre un todo junto a la música y formar un binomio desde el escenario para que el público disfrute en plenitud. Algo que sucedió en la sala Caracol con los técnicos, presumiblemente, del propio grupo. Las escenas eran de gran expresividad teatral, cuando no totalmente acopladas al dramatismo del tema o a los movimientos de Daniel. Por supuesto, cada tramo de protagonismo vocal casi 'a cappella' contaba con foco de luz personal. Impresionante el show.

En cuanto a Ragnar, hay que decir que su aspecto, dejándose llevar por impresiones prejuiciosas, es de rockero adolescente que busca un público de chicos con acné o jovencitas arrojabragas. Vamos, que parece un guaperas y un 'follapavas'. Pero es totalmente injusto: vale mucho y dará una dimensión aún mayor a Pain. Tiempo al tiempo. Su voz no es tan buena como la de Johan Hallgren: es menos masculina y adulta, tirando a aguda y juvenil, pero muy potente. Además, Daniel ha confiado en él plenamente y cuando escogió a un guitarrista y líder de un grupo (Ragnar ZSolberg tenía su propia banda: Sign) que también cantaba sabía lo que hacía. Tiene ahora Daniel un compañero clónico para relajarse y descargase de trabajo, y así realzar otras facetas en el directo. Por ejemplo, 'The Deeper Cut' y 'Chain Sling' casi las canta en exclusiva el islandés, y en otros tantos temas comparte protagonismo con Daniel, haciendo preciosas cruzadas e intercambios de voces: ahora este verso tú, ahora esta estrofa yo... el estribillo a pachas...

En cuanto a Gildenlöw, era la primera vez que podía ver un concierto de Pain of Salvation en solitario y disfruté en pleno de su calidad. En Transatlantic, como músico de apoyo,  destacó por su calidad y su capacidad de compenetrarse con su compañeros a la vez que se encarga de varios instrumentos casi al unísono. En su banda brilla a más no poder. A su carisma y su imagen se le suma su presencia y humor, que provoca sonrisas y adoración entre el público femenino pero que encaja perfectamente en el papel de músico que cae bien al público masculino pese a su belleza evidente. Cuando en '1979' sudaba como un pollo, el pobre sueco, bromeó sobre "el frío" que hacía en la sala. Algunos no pudieron evitar gritar un "¡tío bueno!" mientras se secaba el pelo y se veía cómo su sudor recorría su pecho casi descubierto, puesto que ahora Daniel apuesta por camisetas de tirantes, vaqueros hippies y no llevar calzado. Un look moderno sin dejar lo rockero.

Hablando de looks, impagable el de 'emo' del teclista Daniel Karlsson, muy desaparecido eso sí, al fondo del escenario. Mientras, Gustaf Hielm, el bajista de las giras, presentaba un aspecto similar al personaje de Charlie de la serie 'Lost' ('Perdidos') y no podía resultar más simpático al público. Leo Margarit, el batería francés, también tiene algo que cae bien sin buscar mucho esfuerzo. Llamó la atención por cierto la disposición en el escenario del grupo: el kit de batería, colocado a un lado, el derecho, y el fondo despejado para un cajón al que se subían los músicos de cuerda para dejarlo todo sobre el escenario en los momentos más metaleros y locos.

Sobresaliente a Pain, uno de los mejores grupos de metal progresivo que se pueden ver ahora en el plano internacional y, quizás, uno de los mejores directos que puede haber en estos momentos. Una pena no verles más por nuestras tierras. Desde luego, a la próxima ocasión, que nadie se pierda su directo. Tremendo. Maravilloso. Extraterrenal. Estratosférico. Impresionante. ¿Habrá este 2012 un concierto superior? Puede. Pero éste quedará en el recuerdo. 




- Ficha técnica:
Madrid, 20 de febrero 2012; Sala Caracol
Hora de comienzo: 21:15; hora de final: 22:50
Teloneros: Cyptex


- Músicos:
Daniel Gildenlöw - voz y guitarras
Léo Margarit - batería y coros
Daniel Karlsson - teclados
Ragnar ZSolberg - guitarras, voz y coros
Gustaf Hielm - bajo

- Setlist:
00. Road Salt Theme
01.Softly She Cries
02.Ashes 
03.Linoleum 
04.The Deeper Cut
05.1979 
06.To the Shoreline
07.Chain Sling
08.Ending Theme
09.The Perfect Element
10.Stress
11. Kingdom of Loss
12.No Way
13.Enter Rain
Encore:
14.The Physics of Gridlock
15.Sisters

 

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