La columna de Gema Lendoiro. "Cuatro recoge las macarradas de Telecinco"

Tiene narices que un programa como ¿Quién quiere casarse con mi hijo? me tenga pasmada frente a la tele cada lunes. Juro que me engancha por lo increíble que son las situaciones de los protagonistas, de sus madres, de las candidatas. Si algo tengo claro después de tantos años de tele es que Mediaset y lo que contrata sabe perfectamente retratar lo más indecente del ser humano. Y no, no me escandalizo, los tiros no van por ahí. Sobresale la zafiedad y el mal gusto por encima de cualquier otra barbaridad. Era esperable que Cuatro, tras la fusión, se convirtiera en otra pantalla más para sacar estercolero. Ya no era suficiente con GH ni con hombres, mujeres y viceversa, ahora tenían que meter más caña en la cadena que antes estaba ligada a CNN plus (¡oh qué tiempos!, ¡cómo hemos cambiado!)

No me escandalizan dos hombre en una cama pero sí que la madre de uno de los candidatos a encontrar novia desprecie a una chica (probablemente la más normal de todas) por ser negra, brasileña, cocinera y haber posado en la portada de interviú (juro por el Altísimo que imaginé que el candidato se quedaba con ganas de añadir, vamos, porque pareces puta) Y esto sí me escandaliza. Porque parece que han hecho adrede escoger a los personajes para que cuatro frikies humillen a alguien por tener otra raza. "No es por tu piel, es porque eres extranjera" le espetó un día una madre a una candidata. Amoshombrepordios señora, no me sea usted cínica. Diga la verdad que ya sabemos lo que está pensando. ¿Qué les pasa a los directivos de Cuatro? ¿No aprendieron nada de las enseñanzas de Leyre Pajín ni de Bibiana Aído? (al menos al no estar estas grandísimas profesionales en el gobierno no se encargarán comisiones por tropecientos mil euros a expertos y expertas que creen un código para no discriminar. De esa sí nos hemos librado)

Y tiene bemoles que alguien que aparenta haber salido de las urdes recientemente y que apenas se sabe comportar en la mesa tenga la desfachatez de despreciar a alguien por su color (no me refiero a Toya que tiene lo suyo pero sí se sabe comportar) Y no me escandalizo porque un hombre y una mujer se vayan a la cama a las dos horas de conocerse si así lo desean pero me rechina ver a cuatro mujeres pelearse como gallinas por el gallo químico que, además es striper. Que las invita a las cuatro a cenar y de postre las pone burracas frotándose todo contra ellas en un alarde de mira qué bueno estoy, cuando valgo, como me quiero y fíjate lo que tengo entre las piernas nena que te vas a volver loco. Un alarde en todo su esplendor del machito ibérico que, además, es aleccionado por su señora madre para que no le queda la más mínima duda de lo grandioso que es como ser humano. Igual o casi igual que su pene. Vomitivo.

En fin, una dechado de virtudes los candidatos y sus señoras madres. En cuanto a las gallinas que aspiran al gallo no descarto una pelea de barro en próximas entregas. Verlas y ponerse colorada es todo uno. Ponen de manifiesto lo peor de la condición femenina si es que esta tiene algo de malo. Se deja bien claro que ahí la que gana es la que más "zorra" se muestre, además de demostrar quién lleva las uñas de plástico más largas (suponemos que para arañar en caso de ser necesario).Y el candidato gay tampoco se queda corto. Entre los últimos tres candidatos, elimina a uno (marroquí) y le explica que prefiere gente que le dé más caña (sic) Y el pobre Mohadmed se mostraba demasiado dulce, comprensivo y cariñoso.