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Campaña 25-M: Del debate al copago

Campaña 25-M: Del debate al copago

viernes 16 de marzo de 2012, 18:32h
La táctica, ya lo he comentado en diversas ocasiones, son las excusas baladíes para desviar la atención de los verdaderos problemas que agobian al electorado como la crisis o el paro. En el mundo cinematográfico, esas excusas se conocen con el nombre de "macguffins", término acuñado por el mago del suspense, Alfred Hichtcock, quien las utilizó en varias de sus obras maestras como Psicosis o 39 escalones, pero quizás el "macguffin" más conocido  de la historia del Séptimo Arte sea el "Rosebud" de Orson Welles en la primera secuencia de Ciudadano Kane. Se trata, pues de un elemento de suspense que hace que los personajes avancen en la trama, pero que no tiene mayor relevancia en sí, una excusa argumental que motiva a los personajes y al desarrollo de una historia, y que en realidad carece de relevancia por sí misma.

Estos "macguffins" han sido habitalmente esgrimidos por el PSOE, tanto en su etapa del Gobierno de Rodríguez Zapatero (recuérdese las polémicas estériles sobre el matrimonio homosexual, la gripe A o los crucifijos en las escuelas), como en las campañas electorales como ésta del 25-M, donde la consigna de Pepe Griñán es que no se hable ni del millón y medio de parados, ni del abandono del campo, ni del pésimo estado de la Educación ni de las corrupciones institucionalizadas de los EREs fraudulentos de la Junta. Y dicho y hecho. A falta de una semana para la cita con las urnas, los principales asuntos que han rodeado esta campaña de las elecciones andaluzas han sido, a saber, el frustrado debate en Canal Sur entre Griñán y Arenas, y ahora, el supuesto copago sanitario que ha aprobado el Ejecutivo catalán de Artur Mas. Edificante. El candidato del PSOE no ha dicho ni una palabra sobre la lacra del millón y medio de parados que soporta la economía andaluza y que, sin duda alguna, es según todas las encuestas el problema más acuciante de la sociedad en estos críticos momentos. Y si no ha dicho nada sobre los parados, menos aún ha aportado solución alguna para dar algo de esperanza a las miles de familias andaluzas sin ingreso alguno.

Resulta curioso, pero esta campaña se está centrando más en la política nacional que en la andaluza. Más en lo que hace o no hace Rajoy, Cospedal o Mas, que en lo que deberían hacer Griñán o Arenas. Me explico. Uno pensaba que estas elecciones del 25-M, que por primera vez se celebran por separado de las nacionales en veinte años, iban a suscitar un debate netamente andaluz, en torno a los graves problemas que padece Andalucía. Es cierto que la política autonómica no puede desgajarse de los proyectos nacionales ni europeos en una sociedad cada vez más globalizada, pero es bastante decepcionante que un personaje como Pepe Griñán, que ha formado parte de los Ejecutivos andaluces desde hace más de una década con Chaves de presidente y que lleva presidiendo el Consejo de Gobierno desde hace tres años, siga dando la tabarra a los electores con asuntos tan manidos y debatidos en esta tierra como el el copago sanitario, amenazando a los andaluces con que el PP lo impondrá si gobierna porque ha permitido con su abstención que los catalanes lo impongan. Es lo de siempre, lo del PER y las pensiones, las amenazas de que la derecha acabará con todo el estado del bienestar si llega al poder. Un cuento que le ha funcionado bien al PSOE en anteriores comicios, sobre todo de la mano del ínclito Alfonso Guerra y sus descamisados, pero que, a estas alturas de la película, ya nadie se traga por más que la delegada de la Junta en Sevilla, Carmen Tovar, acuda a institutos a mitinear a los chavales con el miedo a la derecha.

Ayer me encontré en las puertas de un conocida y céntrica bodeguita sevillana con varios señalados militantes socialistas que han formado parte de equipos directivos municipales y provinciales cuando gobernaba el PSOE en el Ayuntamiento. La pregunta era obvia:

-¿Qué crees que va a pasar el día 25? -me dicen- Estamos haciendo una porra y hay divergencia de opinones.

-Sinceramente no lo sé, les contesto, la cosa está bastante igualada entre el PP y la coalición PSOE-IULV-CA, aunque confío en que Arenas no necesite apoyarse en nadie para gobernar.

-Pues sabes lo que te digo, que ¡ojalá!, porque lo peor que podría pasarnos es que dependiéramos de Izquierda Unida para formar Gobierno. Griñán se vería obligado a darles el oro y el moro y, dada la experiencia de Torrijos en Sevilla, sería ruinoso para Andalucía. Así que mejor que gane Arenas por mayoría absoluta o que se dé el otro supuesto que sería el ideal, que el PP saque 54 diputados y se apoye en UPyD que ya ha dicho que no quiere formar parte del Gobierno aunque dejará que gobierne la lista más votada. Y es que las mayorías absolutas no son buenas.

-Pues aplicaros el cuento, porque los socialistas llevan cuatro legislaturas seguidas con mayoría absoluta...

-Y así nos ha ido. Va siendo hora de que se produzca un relevo. Treinta años gobernando sin control alguno dan lugar a los escándalos de cuatro mangantes como el de los EREs. Es tiempo ya de que se produzca una alternancia para que los andaluces sean conscientes de lo que de verdad es la democracia.

No lo dicen los populares, lo afirman los propios socialistas ¿por qué será?
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