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Un Rey pidiendo disculpas ante una ciudadanía harta

Un Rey pidiendo disculpas ante una ciudadanía harta

miércoles 18 de abril de 2012, 18:49h
Algo se esperaba pero no una frase tan directa, clara y contundente. "Lo siento mucho. Me he equivocado y no volverá a ocurrir", ha dicho el Rey Don Juan Carlos a su salida del hospital San José de Madrid, en donde fue operado de la rotura de cadera hace apenas cuatro días después del accidente que sufrió cazando elefantes en Botsuana. Ahí es nada. Y es que si su recuperación ha sido 'realmente' increíble, más inaudito ha sido escuchar al propio monarca pedir perdón a los españoles por el escándalo que ha causado saber que mientras hay cinco millones de parados y España está al borde del precipicio, él se había marchado de vacaciones a cazar a África. Ha sido un gesto sin precedentes, desde luego, y también elogiable teniendo en cuenta lo que representa en nuestro país la figura del Rey -y Jefe del Estado- , prácticamente 'intocable'. 



Don Juan Carlos ha tenido agallas pero era lo menos que se podía esperar porque la gente está harta, se ha cansado de ver como algunos miembros de la familia real, a la que mantenemos con nuestros impuestos, no saben estar a la altura de las circunstancias y han ido protagonizando detestables episodios que han echado volar por los aires en pocos meses ese imagen aparentemente 'impoluta' que tenían hasta ahora. ¿Hace falta recordar las cosas que han pasado?, caso Urdangarín, que veremos a ver cómo acaba; el tiro en el pie de Froilán mientras manipulaba una escopeta con su padre, -que la reina calificó para estupor de muchos como "cosas de niños"-, o algunos otros hechos anteriores de menor importancia a la vista de los citados. El episodio de Botsuana ha sido la gota que ha colmado el vaso. Hasta el punto de que la salud de Don Juan Carlos ha pasado a un segundo plano, como si a nadie le importara que se haya roto la cadera, mientras la red se inundaba - y sigue inundada- de corrosivos comentarios.



Mucho han tenido que estudiar y preparar en la Zarzuela las escuetas frases que ha pronunciado, que algunos atribuyen al propio monarca y que no sólo incluyen disculpas sino también reconocimiento del error y propósito de enmienda. Puede ser, no dudo de que el rey estuviera deseando ganarse de nuevo las simpatías de su 'pueblo', avergonzado de la que ha montado. Pero es que la ofensa ha sido muy grande, su frivolidad inmensa y tenía que cumplir una buena penitencia. Él parece lo ha entendido así, reflexionando en estos cuatro días de convalecencia en los que "veía la tele y leía la prensa". Debió de quedarse espeluznado. O puede que también la reina haya jugado un papel importante para bajarle a la realidad después de demostrarle con su actitud - su tardanza en visitarle y su primera corta estancia en el Hospital - que estaba 'realmente' enfadada. En sus  oídos quizá todavía retumbaban los fuertes y prolongados aplausos que recibió el monarca en el Congreso el día de la apertura de la X Legislatura como demostración de que 'casi' toda la clase política estaba a su lado y quería arroparle en plena tormenta del escándalo protagonizado por su impresentable yerno.
 
Si hay que sacar alguna conclusión del lamentable episodio de la cacería de elefantes, la caída del rey y la ¿gamberrada? de su nieto, yo,  que de monárquica no tengo nada, siendo benévola, me quedo con esta, :  ¡qué paciencia la de Doña Sofía¡. 'Realmente' encomiable.  
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