No se cansan, son inasequibles al
desaliento: PP y PSOE siguen mucho más interesados en la competencia entre
ambos que en las necesidades urgentes que tiene el país. Ahora le toca el turno
a RTVE y los otros organismos cuya acefalia es la clara expresión de esa
incapacidad de acopiar un poco de sentido de Estado que tienen estas fuerzas
políticas.
A ningún ciudadano con dos dedos de
frente le cabe en la cabeza que no sea posible ponerse de acuerdo para
encontrar un profesional entre los miles que hay defensores de la imparcialidad
de la televisión pública. Simplemente no quieren. Ya lo venimos diciendo:
ninguno de los dos tienen voluntad alguna de consenso. Ambos le mienten
descaradamente al país cuando aseguran por separado que la tienen y, en
realidad, no hacen otra cosa que insultar la inteligencia.
Todo su empeño está puesto en cómo
lograr que el otro meta la pata. El PSOE no quiere llegar a un acuerdo para ver
si consigue que el PP resbale. Y vaya si lo ha hecho, al proponer una medida
que rompe la regla de la mayoría cualificada para la renovación de la dirección
de RTVE. Entonces el PSOE cree que ha obtenido la oportunidad buscada y florece
en acusaciones de que el PP sólo busca adueñarse políticamente de los medios
públicos de comunicación.
El cálculo del PP era el opuesto:
mostrar de una vez la irresponsabilidad del PSOE al impedir el normal
funcionamiento administrativo de esas corporaciones, que no pueden ni presentar
su presupuesto. Pero lo ha hecho con una propuesta excesiva, ciegos otra vez al
oleaje sociopolítico que afecta al país, como si sólo fueran capaces de operar
en la lógica de sus propios electores y no frente al conjunto de la ciudadanía
española.
Desde luego, ambos tienen interés en
actuar como lo están haciendo. El PSOE no quiere mover ficha, porque considera
que cualquier cambio en RTVE será peor para sus intereses políticos. Y el PP
quiere moverla unilateralmente, porque cree que ya ha llegado el momento de compensar
lo que consideran el desequilibrio informativo que hay en RTVE que les
desfavorece.
Ahora, cuando se ha dado cuenta de su
metedura de pata, el PP trata de mostrarse flexible y asegura que está abierto
a la negociación para llegar a poder votar una dirección de RTVE por mayoría
cualificada. Pero justo también ahora el PSOE se entusiasma con el calor de la
calle y se lanza a la polarización política. Así que, lamentablemente, es muy
poco probable que alcancen la mínima cordura que se necesita para elegir por
consenso entre la gran cantidad de profesionales con sobrada calificación para
dirigir la corporación.
¡De qué forma hay que explicarles a
estos irresponsables, que sus intereses partidarios no son -ni de lejos- los
intereses del país y que su pelea barriobajera nos va a llevar a la completa
ruina!