La expropiación para el Senado fue solo un trámite

Como era de esperar el gobierno consiguió que el Senado aprobara por amplia mayoría el proyecto de expropiación de YPF, y, con seguridad, ocurrirá algo similar en la Cámara de Diputados, por lo que la presidenta Cristina Fernández se podrá jactar de contar con el apoyo del Congreso para lograr la nacionalización de la compañía.

A pesar que en los últimos días el gobierno español bajo el nivel de advertencias para tratar de poder llegar a un diálogo esperando lograr un precio justo para Repsol, desde Argentina, tomaron el camino opuesto y las acusaciones a la actuación de Repsol en YPF cada vez son más duras y contundentes.

La oposición, viendo el apoyo popular que consiguió el anuncio del gobierno se sumó sin chistar a la medida, y solo cuestionó la falta de control a la compañía, y porque se pasó del elogio y la amistad, a acusaciones de "saqueo y vaciamiento"

Durante el debate los dos hombres fuertes del oficialismo fueron contundentes en sus discursos. Por un lado el ex Jefe de Gabinete Aníbal Fernández acusó a Antonio Brufau, a quien consideró como "el mentor del saqueo" de YPF y lo definió por gritar en "todos lados como chancho atado con alambre porque lo descubrieron", mientras que Miguel Pichetto lanzó una advertencia hacia las empresas extranjeras para que vean que puede pasar si no llegaran a cumplir con las exigencias del gobierno de la Nación.

Con este clima, y tras el trámite que será la aprobación del proyecto en la Cámara de Diputados, se llegará al momento cumbre, donde el tribunal de tasación definirá el precio que deberá pagar el Estado a Repsol por la expropiación de la compañía. Y, como se imaginarán, las expectativas por parte de la empresa y del gobierno español no son las mejores. Es que este tribunal forma parte del Ministerio de Planificación, y -los más extremistas- hasta comparan la situación de lo que sucedió con Aerolíneas Argentinas cuando se dispuso abonarle un peso en forma simbólica para tomar el control de la compañía.

Con la carta que tenían bajo la manga de acusar a Repsol por los presuntos daños ambientales cometidos, va a ser casi imposible que ni siquiera se acerque la cifra de diez mil millones de dólares que pidió Brufau por la expropiación .

Dentro de la Embajada española en Argentina, aún siguen sorprendidos ante la situación, dicen por lo bajo que va a costar mucho tiempo recomponer la relación bilateral y las esperanzas son escasas de conseguir un buen precio para la expropiación.

Por el lado de las empresas, la situación no es muy diferente. Por el momento desde la Cámara Española de Comercio no emitirán ningún comunicado, porque saben en el fondo, que más allá de la defensa a Repsol,  hay grandes inversiones españolas en el país, y temen que una crítica férrea a la decisión del gobierno argentino, podría llegar a generar represalias a las compañías españolas en el país. 

Dentro de las empresas también se notan diversos puntos de vista: Están las que realmente creen que el oficialismo va a continuar en esta embestida y otras que consideran que todo va a quedar en la expropiación de Repsol.

Mientras tanto, el gobierno continúa negociando para asociarse con petroleras en las áreas que manejaba Repsol, haciendo caso omiso a las advertencias de la empresa, de España y de la Unión Europea. 

El apoyo que consiguió de otros mandatarios de la región le permite sacar pecho en estos días ante la idea de España de negociar sin Argentina el acuerdo entre la UE y el MERCOSUR, y no pareciera haber en el corto plazo, la idea de sentarse a negociar para encarrilar la situación.

* Eduardo Fleming es responsable de Diariocrítico de Argentina