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De banqueros, futbolistas, clientes,  locos,  espectadores y otras hierbas...

De banqueros, futbolistas, clientes, locos, espectadores y otras hierbas...

lunes 30 de abril de 2012, 12:34h
Si  Rodrigo Rato, presidente de Bankia,   ha  llegado a  convertirse en uno de los  grandes perjudicados por la reforma del sistema financiero  que el Gobierno del PP   ha  activado en estos primeros meses de la legislatura, en cierta medida, aunque en forma indirecta,  ha  sido gracias a que  el líder más votado en las elecciones del 20N pasado  fue Mariano Rajoy, que es quien  a  resuelto  poner a  Luis de Guindos  al frente  del Ministerio de Economía y Competitividad.  Este último, don Luis, ha sido   quien ha resuelto  que su  otrora  jefe en el  mismo ministerio que ocupa ahora  de Guindos -don Rodrigo Rato-, vea limitados sus  honorarios anuales  a la  casi despreciable cifra de  600.000 euros que fija el Ejecutivo como salario máximo de los directivos de entidades  bancarias que hayan recibido ayudas del Estado.

Con la reforma financiera,   Rato, efectivamente,  ha visto  reducida   su retribución  anual  en 1,7 millones de euros,  pasando de los 2,3 millones que  venía cobrando  hasta la fecha, a los 600.000  que, según parece,   va a cobrar   de aquí en adelante.

Sea o no   así,  llegados a este punto, permítame  que  le formule algunas preguntas a ver si con las respuestas  que Vd. mismo  se dé puedo ayudarle a arrojar algo de luz sobre el tema: ¿Se trata de una decisión acertada por parte del nuevo gobierno de la nación?¿Es  inmoral  que  los  grandes  jerifaltes de la banca  se blinden con  salarios  supermillonarios  y  cláusulas  de rescisión de contratos    que llevan aparejadas  indemnizaciones más millonarias todavía  y -por si  eso fuera poco-, con pellizquitos  también millonarios en fondos de pensiones? A esas y a otras  preguntas  de  similar  calado  relacionadas con la  moralidad  (en términos de justicia  económica, naturalmente, y si es que ese concepto  -el de justicia- se puede unir al de economía) le   dejo a Vd., solo  o en  compañía de sus amigos y familiares, que analice, medite  y luego se responda. 

Antes  de ayudarle a  encontrar la respuesta  más  atinada a las cuestiones  planteadas, voy a  recordarle algunos datos   que  lo mismo le hacen  simpatizar  con   este y otros grandes dirigentes  de  entidades  bancarias, hayan recibido  o no  ayudas públicas (CatalunyaBanc, Unnim, Nova Galicia Banco, Banca Cívica, Banco Mare Nostrum o  grupo BMN, entre muchas otras) cuyos salarios   se mueven en el arco del   que partía   don Rodrigo y el  que   a la postre va a ver  confirmado en su  recibo de nómina. En cualquier caso -eso siempre-  a años luz  del suyo  y del mío.
 
Reyes... de los salarios    
                            
Existe una pequeña gran legión de  deportistas, en especial  relacionados  con el fútbol,   -el  "deporte rey",  en Europa-   que  no sólo se codean  con los  jerifaltes bancarios  en cuestión de ceros  aplicables a su nómina sino que multiplican los salarios de aquellos varias veces  y, sin embargo, no  generan  la misma  animadversión  de la clase media, al menos en nuestro país. Me refiero  a  ese grupo de privilegiados jugadores de  equipos como el   Real Madrid, el  Barcelona, el Manchester City, el Milán  o el Chelsea -por citar sólo algunos  de ellos en una lista en la que, sin duda, cabrían  muchos más-. En estos equipos  se pagan   sueldos millonarios   a determinados jugadores  gracias  a las cuotas de los  asociados, a las  entradas  que pagan los aficionados, a los contratos de retransmisiones  televisivas, las deudas de los clubes a la seguridad social,  la publicidad  y otros  tantos  conceptos más que, sin embargo, no  sirven de piedra de escándalo  en la opinión pública  cuando sale a la luz  que   estos pagan a jugadores como  Cristiano Ronaldo,  Zlatan Ibrahimovic,  Lionel Messi,   Samuel Etoo, Ricardo Kaká, Emmanuel Adebayor, Karim Benzemá,  Fernando   Torres, John Terry o Andrés  Iniesta,  salarios    de varios millones de euros anuales y varios de ellos   bastante por encima de los 10.
  
¡Y con todo esto, al único  que  se sacrifica es al pobre de don Rodrigo Rato...!  ¿no será que  socialmente  es más admitido que un  veinteañero -en el fondo, uno de nuestros hijos- llegue a  ganar  más de 10 millones de euros anuales  porque   a la opinión  pública  esta le parece  una posibilidad más cercana  -y, acaso por eso mismo, más justificable- que la de llegar a ser presidente  de un banco? En todo caso,la segunda   no deja de ser una barbaridad   de mayor calibre  que la primera.

Con la reciente reforma laboral, la no menos   candente de reforma financiera, y  tantas otras leyes habidas  y por venir, no estaría demás que nos replanteemos  si estas diferencias  salariales  tan escandalosas  que  hacen  que entre un mileurista y un presidente de  un banco  haya una   diferencia  salarial   que se multiplica   entre 60 y 200 veces, en el caso del presidente de Bankia,  o  más de  mil veces  en el  de la estrella   portuguesa del Real Madrid. En otras palabras,  que  uno de nuestros jóvenes  universitarios, políglotas, con estudios de postgrado   debería vivir   entre  dos  y diez siglos  para  poder  ganar  lo que nuestros  prohombres  -deportistas o banqueros, da igual- ganan  en el transcurso de un solo año. Definitivamente, estamos locos.  Y sin remedio, que   es lo peor.

José-Miguel Vila

Columnista y crítico teatral

Periodista desde hace más de 4 décadas, ensayista y crítico de Artes Escénicas, José-Miguel Vila ha trabajado en todas las áreas de la comunicación (prensa, agencias, radio, TV y direcciones de comunicación). Es autor de Con otra mirada (2003), Mujeres del mundo (2005), Prostitución: Vidas quebradas (2008), Dios, ahora (2010), Modas infames (2013), Ucrania frente a Putin (2015), Teatro a ciegas (2017), Cuarenta años de cultura en la España democrática 1977/2017 (2017), Del Rey abajo, cualquiera (2018), En primera fila (2020), Antología de soledades (2022), Putin contra Ucrania y Occidente (2022), Sanchismo, mentiras e ingeniería social (2022), y Territorios escénicos (2023)

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