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Pésimo ganado y dos vueltas al ruedo del burgalés

Morenito saluda tras dar la vuelta al ruedo
Morenito saluda tras dar la vuelta al ruedo

Un fiasco de corrida goyesca en Madrid, del que se salvó Morenito de Aranda

> Sensacionales pares de banderillas de Luis Carlos Aranda

miércoles 02 de mayo de 2012, 22:47h
Corrida de expectación, corrida de decepción. Como casi siempre. Y es que si falla el elemento básico de la Fiesta, el toro, se cae todo lo demás. Con una excepción en los bicornes, el codicioso cuarto, y otra en los matadores, un Morenito de Aranda que dejó buenos detalles de sus aromas artísticos. Poca cosa entre tanto aburrimiento. Aunque sin olvidar otra entre los subalternos: los extraordinarios pares de banderillas de Luis Carlos Aranda. 
Y la casta dónde está, dónde está la casta. Ese bien preciado que hace único el espectáculo de la Fiesta. Pues en el oscuro fondo por la que ésta desbarranca cada día más. De modo que la tradicional corrida goyesca del 2 de mayo en Madrid, con un cartel de toreros muy atractivo, se la cargó el hierro de Los Bayones, uno de los comerciales -léase descastados y blandos, salvo error-, tan del gusto de la figuras. O sea que esta es la crónica de un fracaso anunciado... por culpa de la ganadería.

Claro que ya el encierro empezó a fracasar en los reconocimientos, al superarlos sólo cuatro ejemplares, y siguió con su comportamiento noblote, sí, pero también sin un ápice de casta o bravura y con flojera de remos. Menos la gloriosa excepción del cuarto, con un punto de codicia que interesó más en los tendidos y ante el cual, El Fundi (palmas tras aviso en los de su lote) , tan habituado a las galernas de las divisas duras, anduvo embarullado y espeso, vaya por Dios, sin darle la réplica que merecía el animal salvo en algún muletazo suelto y sufriendo un desarme.

El de Fuenlabrada sí dejó algunas series estimables con el que abrió festejo -de Iniesta, no el futbolista, quia, ojalá, sustituto del titular de Abilio y Ramiro Hernando, devuelto por inválido-, tampoco para tirar cohetes, hasta que, pronto, el bicho se acabó. Peor suerte tuvo Sergio Aguilar, otro de los esforzados héroes de las corridas duras, al que la blandenguería de sus dos enemigos 'bayoneros' no le dejó resquicio casi para nada. Por ello, se limitó a apuntar su habitual ortodoxia muleteril, aunque tampoco fue de las tardes más inspiradas del madrileño, que, eso sí, mató de dos buenas estocadas.

Algo mejor le fueron las cosas a Morenito de Aranda (vuelta tras aviso y vuelta), que lució un bellísimo y originalísimo traje de Justo Algaba. Tanto con el de Los Byones, corrido en tercer lugar, como con el de Hernández, en último, el burgalés esparció levemente sus esencias artísticas, sobre todo al natural y con sinfonías de inspirados adornos. Pero, claro, sin redondear ni merecer la oreja que se pidió minoritariamente, por culpa de la sosería de sus enemigos. No obstante dejó un gran sabor de boca. Aunque el que lo bordó fue su subalterno Luis Carlos Aranda -digno sucesor genético de Manolillo de Valencia- con dos extraordinarios pares de banderillas, algo habitual en él, al tercero, que pusieron a la gente en pie.
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