Krugman asegura que España "está en plena depresión". "No importa hablar de recesión, España se encuentra en una completa depresión, con el paro en un nivel comparable al que registró Estados Unidos durante la Gran Depresión", manifiesta.
"España no era fiscalmente despilfarrador", puesto que en los años previos a la crisis tenía un ratio de deuda bajo y un superávit presupuestario. "Por desgracia, también tuvo una enorme burbuja inmobiliaria, una burbuja causada en gran parte por los préstamos enormes de los bancos alemanes a sus homólogos españoles", plantea.
Para el premio Nobel de Economía, cuando la burbuja estalló, "la economía española se quedó en la estacada", pero a su juicio "los problemas fiscales de España son una consecuencia de su depresión, no su causa".
El nobel de Economía dice que el futuro de la eurozona depende de que Alemania cambie sus políticas de austeridad, que la cancillera Angela Merkel ha impuesto con severidad a sus socios europeos. Ante esta situación, prevé que el BCE inyectaría grandes cantidades de dinero para evitar el colapso financiero.
Según Krugman, la clave para evitar este escenario apocalíptico está en Alemania, que debería adoptar una "drástica revisión de su estrategia" y rebajar las exigencias a España especialmente y a Italia para que pueda cumplir sus objetivos de déficit. "Este tipo de programas impulsan a las economías deprimidas aún más a la depresión", asegura. Si Alemania no elige esta opción, vaticina "el fin del euro en meses, no en años".