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Rubalcaba al teléfono

Rubalcaba al teléfono

lunes 21 de mayo de 2012, 12:24h
Confieso que no acabo de entender -y mira que llevo años intentándolo- los vericuetos de la política española. Resulta que Alfredo Pérez Rubalcaba dice que va a llamar a Rajoy para pedirle ir con él a la 'cumbre' europea de esta semana y en La Moncloa te dicen que va a ser difícil que hoy puedan hablar, porque el presidente está en Chicago y hay mucha diferencia horaria. Estamos en la era de las comunicaciones y mira por dónde resulta que una simple -pero tan importante- charla telefónica entre el jefe del Gobierno y el de la oposición se dificulta por la diferencia horaria y porque el señor Rajoy está en las américas.
 
No me parece de recibo, la verdad, que, una vez que el líder del socialismo español tiende la mano, se aleguen complicaciones telefónicas para dificultarlo. Sé que no está de moda elogiar a Rubalcaba -yo mismo no lo practico mucho, ya lo sé-, pero, a mí, toda oferta de pacto, de encuentro, de ir a Bruselas con una sola voz, para que allí vean que este es un país fuerte y no un remedo de Grecia, me parece un paso positivo, y creo que hay que decirlo. También sé que Rubalcaba cometió un grave error, entre otros, no consensuando con el PP la Ley de Estabilidad, cuando su antecesor Zapatero pactó incluso una reforma constitucional al respecto; pero no es cuestión de estar todo el día con las hemerotecas en la mano, que si tú no consensuaste esto, que si tú no quisiste pactar aquello, que si no me recibes en La Moncloa, que si no me apoyas leyes (o decretos) en el Parlamento...
 
Creo que a los españoles todo esto nos importa poco. Y mucho, en cambio, sentirnos una potencia en 'nuestra' Europa. No bastan los paseos en barco con la señora Merkel. Ni siquiera que al fin se nos invite a esa reunión informal en Roma entre Merkel, Hollande y Monti para debatir la situación económica; tenemos que convencer a los mandatarios de la UE de que España, aunque nuestras relaciones públicas sean obviamente peores que las de los italianos, es una nación con la que hay que contar por muchos motivos. Uno de ellos, el primero, no existe todavía: que todas las fuerzas políticas se presentan juntas para debatir hasta dónde los recortes, hasta cuándo las inspecciones, cómo las relaciones -que nunca han debido ser de vasallaje- con los considerados 'grandes' de la Unión. Hizo bien Rajoy en mostrarse molesto por la injerencia del nuevo presidente francés en los temas bancarios españoles; eché de menos una segunda voz, la de Rubalcaba, en ese mismo coro. Los pactos no solamente hay que ofrecerlos, y ya digo que ese es un mérito del secretario general socialista: además, hay que demostrar que se quiere pactar en cada ocasión que se presente. Y, claro, usar el móvil, como haríamos usted y yo ante un tema de nuestro interés, para responder a las llamadas importantes.


- Blog de Fernando Jáuregui - Cenáculos y mentideros 
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