www.diariocritico.com

Regular tirando a mal Perera y pésimo El Cid

Toreo de mucha verdad de Fandiño ante ¡por fin! un encierro encastado de Alcurrucén

Toreo de mucha verdad de Fandiño ante ¡por fin! un encierro encastado de Alcurrucén

martes 22 de mayo de 2012, 22:58h
Qué bon vasallo si oviese bon señor. La frase del cantar del Mío Cid viene perfecta para calibrar lo acontecido este martes en el festejo isidril. Un gran encierro de Alcurrucén desaprovechado íntegramente por las supuestas figuras: el otro Cid, el coletudo, y su compañero Perera. Y aprovechado sólo a medias por un Fandiño excesivamente acelerado, pero siempre con la verdad y la máxima entrega por delante.
Así es la vida. Así sufre esa especie a extinguir que es el buen aficionado. Para una vez -¡noticia, noticia!- que aparece por toriles una corrida de toros/toros, adornados en diversa dosis del don de la casta y la exigencia, van los coletudos y son incapaces, con la excepción de Iván Fandiño, que entró en el cartel sustituyendo al herido Castella. Así es la vida, así. Al menos disfrutó con el interés de lo que acontecía en el ruedo, el interés del toro de lidia, que no debería ser tan difícil encontrar y menos en la cátedra de Madrid.

Porque el encierro de los hermanos Lozano, nada aparatoso, pero con bureles seriamente cuajados -eso es trapío sin exageraciones-, derrochó casta en el último tercio y rindió su vida pidiendo el carné, con exigencias, las de la casta, que en el caso del cuarto, 'Fiscal' -apunten este nombre para los premios- se sumó a una buena pelea en el caballo, de lo que adoleció el resto. Y ese océano desbordado de codicia le vino grande a las dos figuras, figuritas o figurones, El Cid -en mayor dosis- y Miguel Ángel Perera, y bastante hizo Fandiño con aguantarla. Eso sí, el vasco demostró np sólo que no es inferior a los mandamases del escalafón, sino que les pegó un buen repaso las dos presentes.  

Fandiño, valiente e intentando siempre hacer las suerte con pureza -ora lográndolo casi siempre, ora a veces no-, pudo cortar un trofeo del tercero, con el que nos emocionó con su verdad y con jugarse limpiamente la vida para, con el añadido de la quietud, el temple y la ligazón. El espada, al que sobró un punto de aceleración, afloró magníficas series en redondos, que no fue capaz por el pitón menos claro del burel, el izquierdo. No obstante, Fandiño nos puso los pelos de punta con las ajustadísimas bernadinas en la que los pitones rozaron y tocaron su anatomía sin que el coletudo se moviera un centímetro.

Interesantísima función

Incluso después de pinchar en hueso, merecía la oreja -para la que no hubo petición suficiente- porque a la segunda le endilgó al burel un estoconazo perfecto. Eso sí, ante el que cerró una interesantísima función para el cotarro de los tendidos -'¡noticia, noticia!-, pese de nuevo a los arrestos y al derroche de testosterona, se acopló menos, aunque no por ello se arrugó y no por ello dejó de extraerle algún muletazo labrado en bronce, pero sin continuidad. Mas sí de nuevo con valor, verdad y dignidad.

Todo lo que le faltó al Cid, que intentó remedar viejos tiempos en Las Ventas, ¡ay, ya demasiado lejanos!, y desaprovechó al bravo y encastadísimo tercero, con un toreo ventajista superficialote e incapaz de domeñar la explosión de codicia ni por la derecha, que ahora parece ser su mano favorita -lo que dio lugar a varios chistes políticos en los tendidos al otrora rey de la izquierda... táurica-, ni al natural. De similar guisa se había producido ante el que abrió el festejo, con el que el sevillano se perdió en probaturas y probaturas.

Al menos Perera tuvo los bemoles de jugársela emocionantemente en el pase cambiado y en el arrimón final ante el quinto, pero el problema es que en el toreo esencial bajó mucho su calidad amén de su verticalidad -se va a caer de cabeza un día- y sólo gustó a los tendidos de la solanera donde hizo la faena. Peor había estado en su primero, con mucha entrega de nuevo, pero al que molió a muletazos desabridos o lo que fuera aquello. Vaya en su honor que, como Fandiño, no perdonó un quite de capote en toda la tarde también con bizarra entrega y escaso lucimiento, en eso sí empató con el vasco.

FICHA DEL FESTEJO

Toros de ALCURRUCÉN, muy bien presentados, nobles pero encastados y bravo el 4º. EL CID: silencio tras aviso; pitos tras aviso. MIGUEL ÁNGEL PERERA: silencio; ovación tras aviso. IVÁN FANDIÑO: gran ovación tras petición; silencio. Plaza de Las Ventas, 22 de mayo, 13ª de feria.Lleno
¿Te ha parecido interesante esta noticia?    Si (2)    No(0)

+
0 comentarios