El caníbal de Miami estaba drogado con sales de baño

Pocos pensaban que un acto tan salvaje como el sucedido en Miami no estuviera vinculado al consumo de algún tipo de droga, pero los indicios hacen que los investigadores culpen a las sales de baños. Según Mark Ryan, experto en drogas sintéticas del Louisiana Poison Center, explicó a 'Infobae América' qué efectos tiene este compuesto al ser ingerido por el ser humano.

Ryan comenta que se han llegado a registrar casos en los que la gente llegaba a disparar a la pared porque según decían, escuchaban voces que salían de los muros, también otros en los que los consumidores han llegado a agredir a sus familiares porque pensaban que les iban a atacar. Asimismo, el experto habla incluso, de asesinatos y suicidios.

Tal y como indica 'Infobae América', esta droga comenzó a circular en 2010, y desde entonces su consumo se incrementó en EEUU y algunos países europeos. Ivory wave se toma aspirado o por vía oral, por el momento su venta es legal pero siempre enmascarada bajo las sales de baño.

Aunque sus efectos sobre el organismo no se han estudiado en profundidad, Ryan explica que "tiene propiedades estimulantes, que incrementan el ritmo cardíaco y la presión sanguínea, y alucinógenas. La gente que lo consume puede ver y escuchar cosas, o encontrarse con personas que no están realmente allí y observar todo de una manera muy extraña. Pueden tener efectos disociativos, por los cuales el sujeto se siente fuera de su cuerpo. Muchos de los que lo probaron experimentaron una paranoia extrema. Sentían que la gente que está a su alrededor, incluso seres queridos, pretendían lastimarlos".

Pero además, el experto da a conocer un caso que tiene cierto paralelismo con el del caníbal de Miami Un hombre que intento arrancar con sus propios dientes un radar de velocidad de la policía. Otra coincidencia con el caso de Eugene Rudy es que el sujeto se encontraba desnudo lo que podría explicarse bien por los efectos psicoactivos de la propia droga, o bien por el aumento de la temperatura corporal que sufren quienes la toman.

Hoy por hoy, controlar su consumo resulta complicado para las autoridades, pues se comercializan como simples sales de baño. Además cuenta con una web desde la que se distribuye a todo el mundo. Eso sí, deben tener muy claro el fin para el que venden su producto, pues advierten de que es necesario tener 18 años para visitar la página y comprar sus artículos.

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