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Regular el confirmante Dufau y muy mal El Cid 

Luque pasea la oreja que cortó en Las Ventas
Luque pasea la oreja que cortó en Las Ventas

Las Ventas. Gran toreo de capote de Daniel Luque, que cortó una oreja a ley

jueves 07 de junio de 2012, 22:30h
¡Ay, si Daniel Luque apretara, ay! El sevillano, uno de los mejores intérpretes actuales del toreo a la verónica, como demostró en Las Ventas frente a su primer enemigo, completó también una buena labor muleteril y se llevó una oreja a ley ante un burel encastado. Fue lo único interesante de un festejo anodino con un volutarioso Dufau  y un Cid cada día peor.
¡Ay si Daniel Luque apretara, ay! Si así fuera, no sólo ascendería varios puestos más en el escalafón, sino que acabaría con varias mediocridades que le anteceden y todos disfrutaríamos de su calidad. Pero, allá él, en tantas otras ocasiones le hemos sufrido espesote y desangelado, como hace unos días en esta misma cátedra durante el ciclo isidril. Sin embargo, en este invento del Arte, hizo honor al nombre de la Feria, y se convirtió en protagonista por su decisión y empaque desde que se abrió de capote. 

De ese percal con el que meció las verónicas de recibo a 'Velosico II', cuya codicia exigía además de una muñeca mágica una mente fría y un mando poderoso, antes de ponerlo al caballo llevándolo a una mano y con un improvisado recorte por bajo. Tanto se gustó Luque que después volvió a veroniquearlo con ritmo y cadencia embebido el burel en los vuelos mágicos del capote para rematar con una media barroquísima que era la dormición de una goyería en dos quites, dos, a cual mejor.

Profundidad oceánica

No bajó la calidad con la flámula en series de redondos y naturales de profundidad oceánica, que cerraba con creatividad: ora marcadísimos de pecho, ora la trincherilla con cante, ora el desprecio desafiante. Bien es cierto también, que entre tanto desmayo y sentimiento hubo algún atropello y alguna ventaja al despatarrarse en exceso, y que el espadazo quedó desprendido, por lo que no se llegó a la explosión que el encastado 'Velosico II' merecía. En cualquier caso, Luque alboreó torería a raudales y se llevó un orejón de peso -por ganada a ley y por tamaño del trofeo-.

Buscaba desesperadamente abrir la Puerta Grande, como ya logró de novillero, máxime ahora que casi la han regalado dos tardes, pero ante el mansazo, cobarde y huidizo quinto sólo cabía exponer jugándose las femorales, cual realizó el sevillano, y matarlo. Ojalá esta resurrección de Luque no sea pasajera, porque la Fiesta le necesitam ojalá. Lo que no necesita es a un matador otrora excelso al natural y valiente a carta cabal, con corridas comerciales y duras, y ahora tristón, despegado y sin alma.

No necesita a este Cid menor incapaz de campear al alza, que no se entendió con su primero, 'Velosico I', muy flojo, pero que se prestaba al toreo 'der güeno', ese que antes era patrimonio de Manuel Jesús. El cuarto, de velas pavorosas, pegaba hachazos defensivos y con él también anduvo a la defensiva El Cid.
Al ataque salió el toricantano Thomas Dufau, que arriesgó tambiñen ante la codicia, lastrada por su flojera, del animal de la confirmación, con el que pese al aire que sopló durante toda la tarde, se arrimó y cascabeleó algunos pases de ortodoxia. Pero la buena imagen del francés se diluyó ante el último, noblón al máximo y al que largó cantidades industriales de pases sin decir 'rien de rien'.

FICHA DEL FESTEJO

Toros de PUERTO DE SAN LORENZO, bien presentados en general, de ofensivas cabezas excepto 5º, encastados los tres primeros, nobles y manejables el resto excepto el 4º, que desarrolló peligro; todos justos de fuerzas. EL CID: silencio; pitos. DANIEL LUQUE: oreja; ovación. THOMAS DUFAU, que confirmaba alternativa: saludos tras aviso; silencio. Plaza de Las Ventas, 7 de junio. 2ª de la Feria del Arte y la Cultura en la que el aire molestó mucho. Algo más de media plaza. 
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