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"Huella jonda del héroe" es la novela con la que Montero Glez

Lo jondo, sin tópicos

Lo jondo, sin tópicos

domingo 10 de junio de 2012, 17:52h
Escribe a dentelladas. Con cierto dolor seco, así como por tonás. Y cruzándose al pitón contrario de la leyenda, se pega un homenaje de duende repasando la huella jonda que dejó un tal Hércules allá donde España pierde su nombre para convertirse en mar y muerte.
"Huella jonda del héroe" es la novela con la que Montero Glez se ha echado al bolsillo el Premio Llanes de Viajes 2012, pero nada en sus 171 páginas sabe a mar Cantábrico, sino que huele a sur, polvoriento y sudoroso, a fragua y a venta. A camino de tierra y patera de papel.

Por su navaja-pluma pasan los gitanos cantaores, los cantaores payos, los toreros que fueron y los que quisieron ser, los mitos de leyenda y los de carne y hueso, de Heracles-Hércules a Camarón, pasando por Picasso o Lorca, o por Alberto García-Alix y Raimundo Amador. Porque todos ellos configuran el relato del duende, del maldito, el misterio del genio y el encanto del que es capaz de detener el tiempo en una imagen, o en una nota musical, o en un quejío, o en un lance. O en una letra. Y eso, detener el tiempo, es lo que quiere (y hasta a veces consigue) Montero Glez, que confiesa: "En resumidas cuentas, la literatura es una mezcla obscena de memoria y deseo que nunca conseguirá retener el instante preciso como lo pueden hacer la pintura, la fotografía o la escultura, sin ir más lejos. Con todo, yo siempre quise escribir" (p. 10).

Y aunque el autor confiese que la realidad está "para cuestionar a la leyenda" (p. 16) su repaso sin rumbo fijo por ese sur inmenso que es el Estrecho con sus dos orillas no hace sino reforzar el aire legendario de la tierra, de los personajes, de las historias.

Flamenco, toros, mitología y literatura discurren hermanadas en una suerte de libro de viajes que no rehúye, cuando toca, la crítica social o el compromiso, porque nadie que pase una temporada por el sur (o por los periódicos) puede quedar indiferente ante los mojaditos, o ante el canibalismo camuflado bajo el sintagma eufemístico de "urbanismo desaforado".

Y es así, "como si tuviera todo el pasado por delante", como Montero Glez ha cuajado un libro imprescindible para todo aquel que quiera bucear en lo más auténtico de un tópico que aquí deja de serlo: el de un sur que es diferente, porque así lo quisieron los dioses, que dejaron su impronta en la huella jonda de un héroe llamado Hércules
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