El polémico caso Megaupload sigue más vigente que nunca. Todavía no hay sentencia contra la plataforma a la que accedían millones de usuarios en el mundo por una presunta vulneración de los derechos de autor, pero el FBI ya ha 'dictado' sentencia.
EEUU parece estar convirtiéndose en un estado policial amparándose en la defensa de los derechos de autor. Sólo así se entiende que el Departamento de Justicia se niegue a devolver el contenido legal que almacenaban los servidores incautados a sus legítimos dueños del mismo modo que se los retiraron. Kyle Goodwin, un reportero de Ohio, almacenaba sus propios vídeos en Megaupload como copia de seguridad con la mala suerte de que su ordenador personal se rompió. Ahora no tiene acceso a sus propios materiales y el FBI argumenta que durante el cierre de la web Megaupload sólo se copiaron parte de los datos sin que los servidores físicos fuesen incautados, es decir, que si quiere recuperar sus legítimos contenidos tendrá que abonar una considerable suma que haga frente a los costos de su devolución. Y, ¿esto no es pagar justos por pecadores?
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