El segundo destierro de "Manuel Hazaña"

Murió en Montauban, desterrado, triste, sólo una terrible noche de noviembre de 1940. Mientras, un grupo de falangistas le buscaba por las cercanías y sobre su cabeza rondaba la pena de muerte. Un infarto cerebral y una recaída posterior privaron a sus rivales fascistas y nazis del placer de la ejecución, o del tiro en la nuca. Pero parece que el ex presidente de la II República Española, Manuel Azaña, no podrá descansar en paz.

En el destierro, en Montauban, el senil mariscal Pétain ni siquiera permitió que le enterraran con la bandera tricolor; pero en 1978, el abrazo en México entre el Rey Juan Carlos I y Dolores Rivas Cherif, la viuda de Azaña, fue la imagen viva de la reconciliación, de la paz, de la hermandad. La imagen dio la vuelta al mundo y legitimó -y curiosamente, hermanó- a la Monarquía Española y la II República.

Muchos años después, al final de la pasada legislatura, el expresidente del Congreso José Bono aceptó un regalo de Izquierda Republicana, el histórico partido de Azaña: un busto del expresidente: lo colocó en el vestíbulo de las Cortes, enfrente de la estatua de Isabel II. Azaña había vuelto a las Cortes Españolas, como ya estaba allí, por ejemplo, Julián Besteiro.

Hoy, el busto ha 'desaparecido' de su lugar de emplazamiento, tras la puerta de los leones, y se ha colocado, por orden del Grupo Popular, en el edificio ampliación III, lejos del hemiciclo y del lugar por donde entran los reyes las escasas veces que al Congreso van.

En 1978, los cines españoles estrenaban la película "¡Arriba Hazaña!", dirigida por José María Gutiérrez Santos, y con actores como Fernando Fernán Gómez o José Sacristán. El guión era sencillo: un joven sacerdote llegó a un pueblo para intentar acabar con los disturbios en un colegio, provocados por los métodos represores que utilizaban los curas que lo dirigían. Los alumnos, niños aún, se rebelaron y pintaron en las paredes: "¡Arriba Hazaña!". Habida cuenta del nuevo 'destierro' y olvido del presidente republicano, ¿volverán los niños a repetir la falta de ortografía al escribir su apellido?