Toni Ferrer, el otro de los participantes en la conferencia y representante del sindicato UGT, que afirmó que el problema de España no radica en el marco de relaciones laborales si no en su "patrón de crecimiento".
"El patrón de crecimiento español era un coloso con pies de barro, basado en la actividad inmobiliaria y en el endeudamiento de empresas y familias. El patrón de crecimiento es lo que estalla", comentó.
Ferrer insistió en señalar que la crisis financiera "poco tiene que ver con la regulación laboral y acusó al gobierno popular de realizar una reforma "asociada al aumento del desempleo". "La regulación laboral poco tiene que ver en la crisis financiera. Ahí no esta el problema y hemos visto una reforma por vía de decreto ley que esta asociada al aumento del desempleo. Aquí hay algo que no cuadra si se hace una reforma laboral basada en una futura destrucción de empleo", indicó.
" En otros países se han hecho reformas para parar la sangría de empleo. La reforma ahonda en facilitar el despido, y estos han aumentado. No ha servido (la reforma laboral) para mantener el empleo pese a que estaba diseñada en teoría para fomentar la flexibilidad interna. Es la reforma más agresiva en 32 años. Los hombres de negro están guiando las políticas del gobierno", añadió Ferrer.
Además, el representante sindical lamentó que el fomento de la contratación pretendido por las políticas laborales del gobierno no haya funcionado. "Se intenta animar la contratación y no se ha conseguido. Se quiere crear un contrato nuevo para acabar con la dualidad y la segmentación pero ese nuevo contrato supone que el trabajador carece de derechos durante un año y se le puede despedir sin justificación alguna", afirmó.
Como uno de los posibles estímulos a esta contratación, Ferrer abogó por los estímulos fiscales a empresas, autónomos y emprendedores descartando las bonificaciones como catalizadores reales de nueva contratación.
Finalmente el sindicalista declaró que España es un país "competitivo" que se ve lastrado por los precios y el PIC, que "nos resta competitividad" y apostó por una "reforma empresarial" para hacer de España un país productivo, cosa que no se consigue "bajando los sueldos".
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