Apelan a la unidad europea
Alemania y Francia celebran sus 'bodas de oro' con mensajes optimistas sobre la salida de la crisis
domingo 08 de julio de 2012, 19:03h
El presidente de Francia, François Hollande, y la canciller alemana, Angela Merkel,
apelaron este domingo en el 50 aniversario de la reconciliación entre sus dos
países a la necesidad de que Europa se mantenga unida para llevar a cabo
el "trabajo hercúleo" de superar la crisis.
En una ceremonia celebrada en Reims,
localidad del norte del país en la que este mismo día de 1962 el
canciller Konrad Adenauer y el general Charles de Gaulle sellaron
oficialmente la amistad entre ambas naciones, los dos mandatarios
aprovecharon la oportunidad para reforzar ese vínculo y pedir que avance
el camino que se han marcado.
"El desafío de Europa ya no es su
reconstrucción, sino su transición", dijo Hollande en su discurso, en el
que destacó que el actual desafío de la Unión Europea "no es el primero
ni será el último, pero puede suponer un nuevo punto de partida".
Para el presidente, los integrantes de la UE deben apostar por "aliar
competitividad y solidaridad, soberanía nacional y compromiso europeo", e
incrementar el ritmo que conduzca a la unión política y permita que
"Europa vaya más lejos".
La jornada se inició con una misa en la
catedral y al término de la misma y a la entrada del templo tomó
igualmente la palabra Merkel, quien subrayó que el papel franco-alemán al frente del timón europeo "no es exclusivo" y busca la colaboración del resto.
"La unión económica y monetaria tal y como fue concebida hace 20
años no es todavía lo suficientemente fuerte. Debemos completarla a
nivel político. Es un trabajo hercúleo, pero Europa es capaz", dijo la
canciller.
Con este encuentro se dio por inaugurada una serie de
actos con las que a lo largo del próximo año se va a celebrar esa
reconciliación oficial de los dos países, que llegó 17 años después del
final de la II Guerra Mundial.
"Quiero que a esta celebración se
unan todos los socios", dijo el presidente, para quien Francia y
Alemania "no quieren dar lecciones, sino simplemente dar ejemplo", y no
buscan tampoco imitarse, "sino reforzar sus vínculos para ser más
fuertes juntos".
El día se vio ensombrecido por la profanación
anoche en el cementerio militar de Saint-Etienne-à-Arnes, a 40
kilómetros de Reims, de 51 tumbas de soldados alemanes que fallecieron
durante la I Guerra Mundial y sobre la que ya se ha abierto una
investigación.
"Ninguna fuerza oscura alterará la amistad
franco-alemana", destacó Hollande, que animó a la canciller a escribir
juntos "una nueva página" en la historia común de sus países, que
perdure más allá de sus mandatos.
El acto fue sobre todo, según
Hollande, una suerte de homenaje a De Gaulle y Adenauer, "dos
visionarios en política", cuyo gesto histórico, tal y como añadió la
canciller, "solo puede apreciarse en su justa medida mirando el largo
camino recorrido".
"La amistad, una palabra fuerte, no se hereda,
se cultiva, no se conmemora, sino que se comparte. Es nuestro deber y
responsabilidad", le dijo el presidente, añadiendo que su buena relación
"es decisiva" a la hora de superar los retos que se le plantean a la
eurozona.
Ambos compartieron esa idea de que Francia y Alemania
marcan el camino pero no están solos, e incidieron igualmente en que la
posibilidad de superar la actual crisis y de que "Europa vaya más lejos"
reside en el hecho de mantener la confianza y la unidad con el resto.
Con este llamamiento recurrente a la amistad, los dos mandatarios
dejaron de lado sus diferencias a la hora de abordar esa crisis, sobre
la que Hollande aprovechó para defender que "se impone avanzar hacia un
nuevo modelo de desarrollo, capaz de aliar resultados económicos y
progreso social".