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'Calixtina chapuza policial' de las de Mortadelo y Filemón

Un policía denunció al que robó el Códice Calixtino, pero no le hicieron caso

Un policía denunció al que robó el Códice Calixtino, pero no le hicieron caso

lunes 09 de julio de 2012, 17:19h
Apenas 72 horas después de la sustracción del Códice Calixtino de la Catedral de Santiago, en julio de 2011, un policía de la Unidad de Prevención y Respuesta (UPR) de Santiago de Compostela identificó al autor del robo. Pero no le hicieron ni caso. La investigación estuvo meses en punto muerto, hasta enero de 2012. ¿Qué pasó con la denuncia de este policía? ¿Por qué no le hicieron ni caso? El episodio recuerda a las historias de Mortadelo y Filemón, y su agencia secreta, la TIA.

>> Vea la denuncia inicial contra el presunto autor del robo del Códice
Según la 'minuta policial' a la que ha tenido acceso Diariocrítico, el 8 de julio de 2011, un policía de la Unidad de Prevención y Respuesta (UPR), de la Brigada Local de Seguridad Ciudadana (BLSC) de Santiago de Compostela, dio a sus jefes con nombres y apellidos la identidad del autor del robo del Códice Calixtino. Se trataba de un policía de calle, y conocía tan bien a sus ciudadanos que inmediatamente 'supo' quién había hurtado en la Catedral de Santiago por el alto nivel de vida del interfecto y porque nadie le conocía trabajos que le dieran una clara remuneración.

En la minuta se podía leer ya el 8 de julio de 2011: "Que un tal Manuel Fernández Castiñeiras, con domicilio en (...) estuvo de electricista en la Catedral hasta hace dos años, siendo despedido al ser sospechoso de varias sustracciones así como por pasar facturas irregulares, no siendo denunciado".

El policía añadía en su minuta: "Así mismo, es de reseñar el amplio conocimiento que manifiesta tener de la Catedral, así como de jactarse de tener diversas antigüedades pertenecientes a la Iglesia. Reseñar que no parece que existan ingresos en la unidad familiar, teniendo un alto nivel adquisitivo, con numerosas propiedades inmobiliarias".

Continuaba el escrito afirmando: "Finalmente, mencionar que este sujeto, está sin motivo aparente y de forma asidua en la Catedral, así como al parecer, desde su despido, no tiene 'mucha simpatía' hacía la Iglesia, manifestando en ocasiones que se vengaría".
Y acaba diciendo: "Lo que se comunica por si pudiera ser de utilidad y a los efectos oportunos".

La 'minuta' estaba fecha el 8 de julio, como decimos, y llevó el visto bueno del jefe de la Brigada Local de Seguridad Ciudadana (BLSC). Siguiendo el conducto reglamentario, este jefe de la BLSC la tenía que haber elevado al comisario jefe de Santiago y éste ordenar que se investigara o, en su caso, pasarlo a la UDEV Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV), que llevó el caso y que dirige el comisario Serafín Castro, justo por debajo del comisario general de Policía Judicial.

Ahora bien, ¿en qué punto se cortocircuitó la denuncia de este policía, que ya daba datos de sumo interés sobre el presunto autor del robo? Eso es lo que nadie sabe, pero la chapuza policial es evidente.

Según comentan ahora medios policiales, la policía no comenzó a vigilar hasta enero de 2012 a este electricista que había sido despedido de la Catedral, después de que en una conversación informal con un agente que le apuntó la posibilidad de que esta joya bibliográfica hubiese sido quemada, se delató al responder: "No, no, no, no está quemado". ¿Por qué no se le investigó antes, cuando existía la denuncia exacta de un policía?

En una nota hecha pública por el Sindicato Unificado de Policía (SUP) se afirma: " Es necesario saber qué paso con dicha minuta, si se cursó o si no se hizo, y en cada uno de los supuestos, exigir explicaciones a los distintos mandos sobre las razones de su proceder. Es un fallo garrafal, impropio de cualquier organismo o institución que debe saldarse con la depuración de responsabilidades y el establecimiento de mecanismos que impidan que un caso como este pueda volver a ocurrir".

Pese a ese fallo policial, el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, fue el domingo a 'devolver' en persona el Códice a la Catedral, y este hecho ha sido duramente criticado por los propios policías. Dice el SUP al respecto: "Ya está la obra de arte en poder de la Iglesia; ya se han hecho las fotos, la propaganda al más puro estilo bananero, soviético o de cualquier dictadura poco seria; y ahora es el momento de pedir explicaciones por una chapuza que demanda ser analizada para que no se vuelva a repetir".

>> VEA LA DENUNCIA INICIAL CONTRA EL PRESUNTO AUTOR DEL ROBO DEL CÓDICE
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