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Especial aniversario

The Rolling Stones: Cincuenta años de rock & roll en diez discos

The Rolling Stones: Cincuenta años de rock & roll en diez discos

- Las mejores versiones de Jagger y Richards
- Brian Jones una vida y una muerte pintadas en negro
- 'Get Yer Ya-Ya´s Out': Sexo, drogas y Rolling Stones

jueves 12 de julio de 2012, 10:35h
El 12 de julio de 1962, en el escenario del Marquee Club de Londres, hicieron su primera aparición en directo un grupo llamado The Rollin´ Stones (nombre elegido un par de días antes por el líder del grupo, Brian Jones, en homenaje a su idolatrado Muddy Waters) que contaba en sus filas con el propio Jones, Mick Jagger, Keith Richards, Ian Stewart, Dick Taylor y Tony Chapman. Cincuenta años después es hora de rendir homenaje a la autoproclamada como "banda de rock and roll más grande del mundo". Esta es su historia en diez discos y un extra.

The Rolling Stones (1964): Para la hora en que grabaron su primer disco, la formación de la banda ya era la que todo el mundo conoce, con Jagger a la voz, Richards y Jones a las guitarras, Bill Wyman ("el hombre más afortunado del planeta") al bajo y Charlie Watts a la batería. Esta primera obra es la de unos chavales enamorados del blues de Jimmy Reed, Slim Harpo o Willie Dixon, del soul de Motown o Rufus Thomas y, por encima de todo, del rock and roll de Chuck Berry. Está claro que los Rolling Stones quieren ser negros americanos, sus primeras composiciones no son más que plagios descarados de sus ídolos, avergonzados los firman como Nanker-Phelge, aunque hay una excepción, 'Tell me' la primera firmada por Jagger y Richards. Aun así las versiones prevalecen sobre el material propio y Brian todavía ejerce de líder, claro que es el rock and roll acelerado de 'Route 66' y 'Carol' el que se convertirá en marca de la casa. En la contraportada Andrew Loog Oldham, mánager del grupo y principal difusor de su imagen de 'chicos malos' como contrarreplica a la de 'chicos buenos' de los Beatles, se convierte en Nostradamus: "Los Rolling Stones son más que un simple grupo... Son un modo de vida"

Aftermath (1966): 'Aftermath' supuso el sexto disco en estudio de la banda y su primera obra maestra. Compuesto en su totalidad por el tándem Jagger-Richards, el disco se beneficia de las aportaciones del tercero en discordia, un Brian Jones que ejerce de mago multiinstrumentrista, contento con ser el centro de todas las miradas en EEUU, dónde la banda ha cosechado un tremendo éxito el año anterior, gracias a '(I can´t get no) Satisfaction'. Musicalmente 'Aftermath' es un paso adelante desde su primera canción, 'Mother´s little helper' que coquetea con el folk. En 'Lady Jane' se puede escuchar a Jones tocando el dulcimer y en 'Under my thumb' la marimba. Claro que aquí no se acaban las virtudes del disco, 'Out of time' y 'What to do' son de las mejores canciones pop de la banda, 'I am waiting' una de sus primeras grandes baladas y 'Think' una de esas perlas a descubrir. Eso sí, no olvidan los sonidos más blues con 'High and dry' o 'Goin´ home' que quizás sea el momento más flojo del disco. Puede que en 1966 sus 11 minutos de duración fuesen un shock, actualmente ha quedado superada. Fue uno de los últimos discos que tuvo una versión distinta en EEUU, donde quitaron 'Mother´s little helper', 'Out of time', 'Take it or leave it' y 'What to do' y las sustituyeron por uno de sus mejores singles, 'Paint it black'.

Between the buttons (1967): Esta fue una etapa difícil para la banda, siguiendo las directrices de los Beatles, los Stones habían dejado de dar giras pero, al contrario que éstos, sus exploraciones en el estudio de grabación no fueron tan satisfactorias. La excepción es este 'Between the buttons' grabado en plena efervescencia Stone, Anita Pallenberg y Marianne Faithfull, novias de Brian Jones y Mick Jagger, se habían convertido en casi miembros oficiales. Jagger le dedica a Marianne la primera canción del disco, 'Let´s spend the night together' que el mojigato de Ed Sullivan le obligará a cambiar por el más casto 'Let´s spend some time together' en su programa de televisión. A pesar de temas tan stonianos como el anterior, la paleta se ha abierto definitivamente, la influencia de artistas contemporáneos es la predominante, y no sólo del cuarteto de Liverpool, en 'Between the buttons' se puede ver que los Stones han estado escuchando atentamente a Bob Dylan o The Kinks, por citar solo dos ejemplos. La joya del disco es 'Ruby tuesday', una canción compuesta por Keith para su novia de aquel entonces.

Beggar´s banquet (1968): Con 'Beggar´s banquet' comienza el periodo fundamental en la carrera de los Stones. Su vuelta a las raíces del blues y el rock primigenio pero esta vez con un sonido totalmente propio, el sonido por el que todavía son recordados. El ejemplo más perfecto es el single que sirvió como presentación al disco, aunque no se incluyó en el mismo, 'Jumpin´ Jack Flash'. Claro que la canción que abría 'Beggar´s banquet' está al mismo nivel, nada más y nada menos que 'Sympathy for the devil'. Sus satánicas majestades vuelven por la puerta grande, a pesar de las dvisiones internas, Brian Jones se siente desplazado y a esto no ayuda que Keith Richards le haya birlado la novia. Aun así, a pesar de síntomas de estar más fuera que dentro, el rubio deja algunas exquisitas notas con el slide. Un Jagger pletórico llama a la rebelión en las calles, esto es 1968 y es hora de 'Street fightin´ man', banda sonora de un año incendiario. En 'Stray cat blues' se puede adivinar a los Stones más guitarreros de los 70, en 'Factory girl' se detectan sus primeros coqueteos con el country y en 'Prodigal son' vuelven a rendir tributo al blues más pantanoso. 'Parachute woman' y 'Jig saw puzzle' destilan chulería Stone y 'Salt of the earth' cierra con clase un disco que abre la etapa fundamental del grupo.

Let it bleed (1969): El último disco publicado en los 60 por los Stones es uno de los mejores de su carrera. A pesar de ser grabado en medio de un periodo confuso, la expulsión de Brian Jones y el fichaje de Mick Taylor, 'Let it Bleed' es uno de los pilares de la carrrera de las piedras rodantes. Las aportaciones de Jones y Taylor son esporádicas, aparecen en dos canciones cada uno, lo que da mucho más peso a Keith, artífice de la mayoría de las guitarras del disco. Lo increíble de 'Let it bleed' es que se abre con 'Gimme shelter' y se cierra con 'You can´t always get what you want' pero lo que se encuentra entre medias no desmerece para nada. La versión del 'Love in vain' de Robert Johnson es una de las mejores de su carrera, 'Monkey man' y 'Live with me' son dos subidones de adrenalina, la última además supone la primera grabación con la banda del saxofonista Bobby Keys, que se convertirá un habitual en las giras y grabaciones de la banda. 'Country honk' dará paso a una de las más famosas canciones de la banda, 'Honky tonk women', y 'Midnight rambler' se cenvertirá en una de las piezas esenciales de sus directos. 'You got the silver', la primera canción cantada en solitario por Keith, es una declaración de amor para Anita Pallenberg, mientras que la canción que le da título, 'Let it bleed', algunos la quisieron ver como una respuesta al proceso de separación de los Beatles y a su 'Let it be'. Lo que es evidente es que, como se dice en el interior de la carpeta, este disco debe ser reproducido al máximo volúmen.

Get yer ya ya´s out (1970): Aunque solo fuese por la inclusión de la mejor versión de 'Midnight rambler' ya valdría la pena, pero 'Get yer ya ya´s out' es mucho más que eso, se trata de un documento que recoge a la banda en su mejor momento, emparedado entre sus cuatro mejores discos, grabado durante una de las giras más tumultuosas de su carrera, la gira americana de 1969. La gira fue muy especial por diversas razones, supuso la vuelta a los escenarios de los de Jagger y Richards tras tres años de ausencia, fue la primera sin Brian Jones, que había muerto en julio, y con Mick Taylor como nuevo miembro, está enmarcada en la que es considerada universalmente como la mejor etapa de los Stones, fue registrada en un documental por los hermanos Maysles y en disco por la propia banda, se les comenzó a presentar como "la banda de rock and roll más grande del mundo" y además, terminó con la tragedia de Altamont. Pura leyenda stoniana. Para el que quiera conocer más sobre el mejor directo oficial de los Stones que no lo dude: 'Get Yer Ya-Ya´s Out': Sexo, drogas y Rolling Stones

Sticky fingers (1971): Para la época en la que salió 'Sticky fingers', los Stones ya ejercían como "la banda de rock and roll más grande del mundo", la famosa portada del disco la hizo Andy Warhol, para escándalo de la censura española que la prohibió y sacó una distinta que con el tiempo se convirtió en materia de coleccionista. 'Sticky fingers' es el primer disco propiamente dicho de Mick Taylor con la banda y su presencia se hace notar. Proveniente de la escuela de los Bluesbreakers de John Mayall, por donde habían pasado Eric Clapton o Peter Green, Taylor es, técnicamente, el mejor guitarrista que ha pasado por la banda. Su presencia electrificó y distorsionó el sonido del grupo, además de servir de acicate para la creación de algunos de los mejores riffs de la banda, como los de 'Brown Sugar', 'Can´t you hear me knocking' o 'Bitch', tres temazos hard rockeros que definirían el sonido de la banda para el resto de su carrera. También se le debe a Taylor los magníficos solos en esa preciosidad, compuesta por Jagger, que es 'Sway'. 'Dead flowers' y 'Wild horses' demuestran que los coqueteos con Gram Parsons y el country rock son ya de primer nivel. En 'I got the blues' recuperan esencias de Otis Redding y en 'Sister Morphine' se dejan oír las agónicas experiencias de Marianne Faithful con las drogas. Para terminar, una gema escondida, 'Moonlight mile'

Exile on main street (1972): Si un extraterrestre bajase a la tierra y preguntase "¿qué es el rock and roll?" no habría mejor respuesta que ponerle (al máximo volúmen) 'Exile on main street'. Tras escuchar 'Rocks off' y 'Rip this joint' ya se habrá hecho una idea bastante aproximada, pero escuchándolo atentamente, sabrá que la criatura es un bastardo con muchos padres, blues, country, gospel, folk... Todos ellos encuentran acomodo en la cima de la carrera stoniana. El primer doble disco de la banda se grabó en el exilio francés, de ahí su nombre, en concreto en la mítica villa Nellcote en la que Keith Richards y Anita Pallenberg se llenaban de pinchazos los brazos para deleite de todos los 'camellos' del sur de Francia. Este es, sin duda, el disco de un Keith verdaderamente enchufado, ya fuese a la guitarra o a la jeringuilla. Su conexión con Mick Taylor es total, a pesar de que el joven guitarrista tuviese que luchar con los 'invitados' de los Richards que utilizaban el cable de su guitarra para 'ponerse a la altura' de sus anfitriones. 'Tumbling dice', 'Sweet Virginia', 'Torn and frayed', 'Happy', 'All down the line' o 'Shine a light' son solo algunos ejemplos de la piedra Rosetta del rock & roll.

Some girls (1978): Para finales de los setenta los Stones se habían convertido a ojos de una juventud desarrapada y sin futuro en el máximo ejemplo de grupo jurásico. El punk salpicó como un salivazo la cara de las grandes bandas de rock and roll. Mick Jagger quiso responder con uno de los discos más crudos de la banda, 'Some girls'. Otro de los hechos fundamentales del disco es que Mick Taylor ya no está y en su lugar ha entrado el ex Faces Ron Wood. Wood no es tan buen guitarrista como Taylor pero desde luego está más dispuesto a vivir como un Stone, Richards encuentra en él al amigo perdido y se convertirá en el compañero de juergas interminables. La química de la banda vuelve a ser la de las grandes ocasiones. Para colmo Jagger se ha convertido en habitual del Studio 54 y su pasión por la música disco, y Jerry Hall, se verá reflejada en uno de los mayores éxitos de la banda, 'Miss you'. Aunque el verdadero corazón del disco haya que encontrarlo en los otros tres singles que se publicaron, 'Respectable', 'Shattered' y una de sus mejores baladas, 'Beast of burden'.

Tattoo you (81): 'Tattoo you', que podría ser considerado como el último gran disco de la banda, funciona como una especie de cajón de sastre. Está compuesto por retazos de otros discos a los que se le añadieron letras y, en algunos casos, melodías. En canciones como 'Tops' o 'Waiting on a friend', de las sesiones de 'Goat´s head soup' el guitarrista es Mick Taylor y no Ron Wood. Es curioso que el disco funcione tan bien, cuando fue simplemente una excusa para salir de gira, pero lo hace. 'Start me up', el útlimo gran clásico de la banda, abre una primera cara que es puro deleite rockero. La segunda cara, más dedicada a las baladas, no está al mismo nivel aunque contiene uno de sus grandes colaboraciones, el solo del gigante del saxofón, Sonny Rollins, en 'Waiting on a friend'. Seguro que para el bueno de Charlie Watts, fanático del jazz, es también uno de sus momentos favoritos.

Más un extra:

Singles Collection: The London Years: Por último ninguna colección de los Stones puede estar completa sin sus grandes singles de los años sesenta, las opciones son los recopilatorios 'Hot Rocks' o 'Big Hits' o este extensivo triple album que recolecta tanto las caras A como las B de manera cronológica. Entre las imprescindibles que no habíamos nombrado 'Time is on my side', 'The last time', '(I can´t get no) Satisfaction', 'Get off of my cloud', '19th nervous breakdown', 'Have you seen your baby standing in the shadow', 'She´s a rainbow' o 'Honky tonk women'. Entre las perlas a descubrir el 'Memo from Turner' de Mick Jagger para la película Performance, la versión de 'I don´t know why' de Stevie Wonder, la cara B de 'Jumpin´ Jack flash', 'Child of the moon', el 'Out of time' con cuerdas' o la rockera 'Jiving sister Fanny'

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