El mito más o menos creíble del rescate en septiembre: España espera su cita con el médico Europa

Ya es más que una especulación. Visto lo visto en los mercados financieros, nuestro país tendrá imposible seguir financiándose a este precio en las subastas de deuda. Con la prima de riesgo por encima de los 600 puntos básicos se superaron todas las barreras, con cifras superiores con las que otros países como Portugal o Irlanda fueron rescatados. Eso supone financiarnos cerca o por encima del 7% del interés, una cuota sencillamente imposible.

España paga tanto por su devolver su deuda que incluso el Gobierno de Mariano Rajoy ha admitido en numerosas ocasiones que no podría continuar por esa senda. Pero es que cuando ponía en el horizontes esos términos tan angustiosos pensaba, claro, que Europa le ayudaría ante el acoso de los mercados, que en realidad es una crisis de confianza, y no sólo un puro ataque especulativo.

La esperanza de los últimos tiempos por parte del Ejecutivo español ha sido que el Banco Central Europeo comprara deuda tanto propia como italiana, para así aliviar la situación, pero el BCE, presidido por Mario Draghi, italiano por cierto, se niega. Con razón: contagiaría al resto de países de la élite europea, que se niegan a que su moneda común, el euro, y su deuda nacional, se contagie aún más y se exponga a los tóxicos de España y el resto de países rescatados o pseudo-rescatados, como son los casos de Italia y nuestro país.

De hecho, recientemente Moody's acaba de confirmar que casi 20 bancos alemanes van a sufrir una rebaja en su calificación, confirmando que la Germania de Angela Merkel comienza a tambalearse por la debilidad española. Los expertos opinan en dos vertientes: que Alemania, Francia y compañía prefieren dejar caer a España y proceder a la intervención plena, aunque también opinan que actuarán antes de llegar a esa situación, ya que España o Italia con la tercera y cuarta economía de la zona euro, y sería imposible proceder a un rescate, o al menos sería muy costoso.

Pero pasan los meses y desde que Rajoy accediera en diciembre al Gobierno español, apenas ha podido mejorar nada. El paro sigue en cotas máximas, la recesión se confirma tanto para el presente 2012 como para el próximo 2013 y las perspectivas de déficit público no pueden ser más pesimistas. Las medidas económica y recortes tan duros impuestos recientemente en este mes de julio eran la última esperanza: se quería matar dos pájaros de un tiro, mejorar las cuentas recaudando y ahorrando más, y al mismo tiempo inspirar confianza en los mercados y entre los socios de la Unión Europea. Pero ni una cosa, ni otra. El pájaro sigue volando muy alto y se tiene forma de fantasma: el fantasma del rescate.

Así las cosas, este mes de agosto se presenta duro y amargo para España, como ya ocurrió en el estío de 2011. Pero la diferencia es que el aguante ya es insoportable y los recursos no pueden estar más agotados. Varias autonomías, de momento Cataluña, Valencia y Murcia, han pedido el rescate de cara a septiembre (aunque lo llamen 'fondo de liquidez autonómico'...), lo cual ha confirmado en el exterior que nuestro país es insolvente dentro e incapaz de financiarse fuera. Septiembre, por tanto, podría ser el mes decisivo y el fin de una agonía que se hace eterna. Para entonces, casi mes y medio, llegarían los hombres de negro, se intervendrían las cuentas y sí, también habría fondos de rescate procedente de Europa. Pero el precio será demasiado caro.


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Pablo M. Beleña
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