Katamanía, un espacio para compartir la pasión por el vino

Por todos es sabido, y así lo recomiendan los médicos, un vasito de vino al día te evita muchas enfermedades, además de alegrarte la vida en cada sorbo. Katamanía te enseña, además, a distinguir los matices de la uva, a qué sabe una barrica de roble y todo, en ocho preguntas.

Ricardo Rodríguez es de verbo fácil y de ideas bien estructuradas, no en vano es profesor en la Facultad de Ciencias del Deporte de Toledo, que llegó al mundo del vino por herencia paterna, "mi padre fue un referente en el mundo de la cata de vino y es una afición que nos ha transmitido en familia".

Como de casta le viene al galgo, "quienes vivimos inmersos en el sector vitivinícola sabemos que el vino representa una fuente de momentos sociales de alegría; un amplificador de los sentidos en aperitivos, comidas y cenas; en su moderación, presenta contrastados beneficios para la circulación y la antioxidación celular; es recibido comúnmente con agradecimiento como regalo; y está afianzado profundamente en nuestras raíces y tradiciones, con numerosas referencias en las artes, el saber popular e incluso el anecdotario familiar"

Cuando este joven toledano fundó, junto con otros tres socios, Katamanía, sabía que su idea iba a tener buena acogida puesto que aunaba vino y diversión, "quiero incrementar la afición a la cata entre los consumidores de vino", porque está convencido de los beneficios de Baco, "después de ver el efecto positivo que causa la experiencia de cata de vino y las posibilidades de relación entre bodegueros y usuarios, me he lanzado a diseñar propuesta lúdicas. Espero algún día próximo poder unirlo a soluciones tecnológicas".

¿En qué consiste una cata en Katamanía?

En la cata, los catadores prueban con atención distintos tipos de vinos para apreciar sus cualidades, escriben sus impresiones y asignan puntaje. También existen degustaciones turísticas o para clientes que no necesariamente puntúan los vinos, sino simplemente lo disfrutan. Hay que diferenciar la degustación profesional de la de consumidores o aficionados.

Pero en Katamanía además, la cata es un juego, un reto y un placer. "Mi producto mínimo viable son las botellas de cata, botellas de vino cubiertas con una funda y con 8 preguntas individualizadas de cata visual, olfativa y gustativa". Su segmento son adultos de 25-45 años consumidores de vino. "Suelen ser, en porcentajes, un 65% hombres y 35% mujeres, aunque éstas cada vez acuden más a este tipo de eventos".

A las instituciones les pide facilidades
Sólo se pone serio cuando le preguntas por las dificultades que se ha encontrado a la hora de iniciar el negocio. "Muchas, pero sobretodo la sobrecarga tributaria, que puede hacer que se ahogue cualquier emprendimiento. Si no apoyan el consumo, difícil veo el emprendimiento", dice con cierta acritud.

Deja un consejo para el nuevo emprendedor, 'Que piense en pequeño, que empiece vendiendo, que esté muy atento del mercado y de los posibles clientes. En general que deje de pensar y empiece a ejecutar. Los mejores desarrolladores de los productos serán los clientes, ellos son los que dicen que quieren'.