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Una pareja monta Bicijet

De la afición al negocio de la bici eléctrica

miércoles 29 de agosto de 2012, 07:59h
Quién le iba a decir a Fernando Junquera que la bicicleta, lo que inicialmente era su hobby de fin de semana, su afición, pueda ser ahora el modo de ganarse la vida. Su empresa se llama Bicijet, y admite bromeando la inevitable comparación con la compañía aérea, porque aspira a que la gente 'vuele' con sus bicis.
Así que, junto a su mujer Natalia Parejo, y con el apoyo de un estudio de mercado sobre el uso de este modelo concreto de bici, se lanzó a la aventura empresarial. Pero, ¿por qué el modelo eléctrico? "Vivimos en la sierra y aunque hemos hecho muchas rutas, nunca he podido hacer bien las de cuestas, pero en otros países sí observamos que la gente de cualquier edad y condición se animaba con las bicies eléctricas a hacer todo tipo de rutas y conducirlas por la ciudad", explica.

Así que, con este ánimo, y especialización en un producto, han montado una empresa para vender y alquilar bicis eléctricas, enfocadas a la montaña, para lo que ofrecen también rutas turísticas. "En España tenemos una escasa cultura de la bici, pero para que se imponga tiene que promocionarse y creer en ella, y más en un momento en el que la cultura de la sostenibilidad preocupa, ¿no?". "Las cosas sólo cambian si se toma la iniciativa", concluye.

Es cierto. En China hay un parque de 120 millones de bicis eléctricas, pero un ejemplo como el de Alemania, más cercano en dimensiones y cultura, nos deja también en entredicho: ya hay en uso 200.000, y creciente además.


La edad no es un obstáculo

A Fernando no le ha dado miedo ni su edad, 54 años, ni la falta de experiencia en el sector. Viene del diseño de sofware, pero sí tiene a su favor una larga trayectoria como freelance, trabajador por cuenta propia, un buen equipaje para montar una aventura en solitario. "Y laboralmente, no sólo tiene que contar ganar dinero, también la búsqueda del sitio y el negocio donde uno se encuentra más cómodo, tu lugar", repite convencido.

El principal obstáculo, como no podía ser menos para todo emprendedor que se lanza en España, ha sido de nuevo la financiación. En su caso, además, la tardanza ha retrasado la puesta en marcha de un negocio al que le viene bien la temporada veraniega. "Se ha retrasado la apertura pero a pesar de todo, abrimos ya y dispuestos a pasar la travesía del desierto", argumenta. En su caso, la propiedad del local ha servido de apoyo para la negociación con los bancos y es un quebradero menos de cabeza en lo que respecta a gastos. "Pero las cosas sólo cambian si se toma la iniciativa". Un buen lema para emprender.
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