Cuando regresó en 2009 muchos pensaron en que "segundas partes nunca fueron buenas". Pero el tiempo ha ido, poco a poco, dando la razón a los que apostaron por el regreso de
Florentino Pérez. Él dijo que había aprendido de los errores del pasado y que profesionalizaría al máximo el club, fichando sólo a jugadores comprometidos con el objetivo común y que nunca se sintieran por encima del escudo del Real Madrid.
Tres años después, su proyecto de nuevo se tambalea. Esta vez no ha sido él quien en rueda de prensa provocaba un terremoto, sino la estrella del equipo, el portugués
Cristiano Ronaldo. El delantero declaraba no sentirse feliz y que "el club" sabía "por qué". Esa bomba estalló al momento y sus efectos sacuden aún los cimientos del Bernabéu. Pese a que el jugador ha querido restar importancia a la polémica diciendo que no es el dinero lo que le quita el sueño, ha dejado claro con este gesto que quiere mandar, tal y como evidenció también en el Nou Camp con el gol que sentenciaba la pasada Liga para el Madrid: "Aquí estoy yo", decía con claros gestos el portugués.
Unos meses después lo dice en otras instancias, no al aficionado medio. Se lo decía al Real Madrid: o me apoyáis a muerte o buscaré una salida. Ronaldo, más allá del dinero que todo humano quiere tener de más, busca, efectivamente, otras metas. Y ya son conocidas: quiere que la entidad de Concha Espina se desviva por él y apueste por solucionar sus problemas. Y no está desacertado en ello, salvo en las formas. Se queja, con razón, de que cuando recibe las faltas de sus rivales, nadie le protege, como a
Leo Messi. Ya recordábamos ayer en estas páginas que el mismísimo presidente de la UEFA, el francés
Michel Platini, reconoció ser un seguidor del argentino y que había pedido a los árbitros que le pretegieran. Pero para el portugués nunca hay mimos. Más bien, palos. También se queja Ronaldo, de nuevo con lógica, que no es normal que el lema de la UEFA en la competiciones sea siempre "respect", un eslogan anti-racista y que lucha por la no-discriminación, pero que jamás actúe de oficio cuando él salta al campo y siempre le reciben con cánticos racistas: "Ese portugués, qué gitano es". Por no hablar de la Liga española, donde esos cánticos son habituales en todos los campos que visita.
Tampoco recibe protección extra Ronaldo cuando le acusan de tirarse a la piscina, de ser prepotente o chulo. Ni se defiende a Ronaldo cuando ha tenido problemas con las instituciones. El Madrid mantiene una política de 'enclaustramiento' y parece que el único portavoz oficial es en realidad el entrenador y jefe deportivo del club, José Mourinho, quien hace y deshace a su criterio la política mediática del club.
Por eso es fundamental que Florentino Pérez mueva ficha. Él, hombre sabio y paciente, está meditando su siguiente paso a dar. Y, por supuesto, con discreción y de puertas a dentro. Pero no es lo que busca Ronaldo, de ahí que se hayan iniciado las hostilidades entre estrella del equipo y la directiva. ¿Habrá rescate de Ronaldo?
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