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Gyenes retrata a España

viernes 05 de octubre de 2012, 11:40h
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    Autora: Ana Irigoyen

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     Usted conoce, aunque quizá no lo sepa, al genial fotógrafo János  Gyenes - pronúnciese el apellido 'Yenes' -, nacido en Kaposvár (Hungría) en 1912.  El próximo 21 de octubre se cumple el centenario de su nacimiento. En 1940 János - que pronto  cambió en nuestro país su 'Janos' por 'Juan' - Gyenes llegó a Madrid y se enamoró de España, país en el que se quedó   a vivir y en el que, tras  cincuenta y cinco años de residencia y brillantísima profesión,  falleció en 1995. Y usted conoce el arte de  Gyenes porque es muy difícil que, en alguna ocasión, no haya visto la foto de los reyes de España, tomada en 1976 y que, desde entonces, y  hasta 2007, ha sido la imagen oficial de don Juan Carlos y doña Sofía en colegios, oficinas gubernamentales, instituciones varias,  y quien sabe si incluso en  carnicerías y ferreterías devotas de la monarquía, o clubes de alterne en los que se considera que el sexo, como los monarcas del mundo entero, es también de origen divino.

     Gyenes retrató a media España. En 1948 abrió su estudio fotográfico en la  madrileña calle de Isabel la Católica, número 12, pegada a la Gran Vía. Y por aquel estudio pasaron desde niños, vestidos de marinero, que acababan de hacer la primera comunión, a la aristocracia, burguesía y mundo de la política, de las artes y del  espectáculo. Y, entre los miles de españoles a los que fotografió,  también fue el autor de la foto de Francisco Franco que, plasmada después en sellos de pesetas y céntimos,  circuló, literalmente, en millones de copias por España y también viajó por el mundo entero. Aquella foto de un Franco altivo, e incluso  guapo, bien pudo enamorar a mujeres y hombres de todas las profesiones y de los más variados países porque, aunque parezca increíble, en los años cincuenta y sesenta del siglo pasado, los españoles, que apenas salían de su patria,  salvo para ir a trabajar a Alemania, mandaban cartas incluso a Australia, la tierra de nuestros antípodas.      

            El 13 de septiembre, con asistencia de la Reina doña Sofía y del ministro de Educación, Cultura y Deporte, José Ignacio Wert, la Biblioteca Nacional de España (BNE), en el tricentenario de su fundación, inauguró una exposición que acoge una extraordinaria antología de la obra de Gyenes. La exposición, que está obteniendo un gran éxito de público, estará abierta hasta el 18 de noviembre. Asistí, la víspera de la inauguración, el 12 de septiembre, a la rueda de prensa a la que convocó la BNE. A esta rueda de prensa asistieron la directora de la BNE, Glòria Pérez-Salmerón,  la hija del fotógrafo, Irenka Gyenes, y el comisario de la exposición, Fernando Olmeda, autor de la recomendabilísima biografía Gyenes. El fotógrafo del optimismo, publicada por Península. Olmeda, en la rueda de prensa,  dio una maravillosa lección sobre la obra de Gyenes.

      El 13 de septiembre, unos minutos antes de  la inauguración de la exposición, la Reina posó para los fotógrafos, en primer lugar, con la familia de Gyenes y, a continuación, con las autoridades asistentes al acto. Los fotógrafos y los escasos cámaras de televisión,  tras hacer su trabajo, se fueron a la calle porque, naturalmente, no estaban invitados a la inauguración, que siguió al posado de doña Sofía y de las autoridades.  ¿No es una vergüenza que los reporteros gráficos que fotografiaron a la Reina, al ministro  y a la familia del fotógrafo no fueran amablemente acogidos en  la inauguración posterior al posado inicial para visitar la exposición del fotógrafo homenajeado? Para colmo de vergüenza, Gyenes fue el hombre más amable. Es el autor de esta maravillosa frase: "¡Qué fácil es retratar a un tuerto y qué parezca un tuerto! Yo aprendí la libertad de crear y de enseñar cómo regalar optimismo. ¿Cómo? Es muy sencillo: retratar al tuerto en su perfil bueno".

      La Zarzuela, el ministerio de Educación, Cultura y Deporte, que, tan bochornosamente, ha convertido el anterior ministerio de Cultura, en la mortadela del actual sándwich de Educación, Cultura y Deporte, y la BNE necesitan un rápido cursillo del más elemental protocolo. Ese día, los más educados fueron los fotógrafos y los cámaras de televisión, que se fueron a la calle sin ver la exposición. y que, por su gran educación,  no levantaron la voz cuando tenían derecho para pegar un grito.

     Gyenes dio varias lecciones. Fue un fotógrafo de arte supremo con reconocimiento internacional, fue un trabajador incansable, dio cientos de lecciones de amabilidad  y, además, siempre luchó por el reconocimiento de su firma en una profesión que, como acabamos de ver en la BNE, cuando hace su trabajo, no solo no es invitada a una inauguración, sino que, habitualmente, ni siquiera recibe un elemental tributo de agradecimiento, un simple  y cordial 'gracias por su trabajo'. Y hay que insistir:  Gyenes luchó mucho por  el reconocimiento de su firma en una profesión a la que le piratean fotos hasta los santos menos cleptómanos.


 Sexo, religión y fútbol para hacer reir al lector en los 'Cuentos reunidos' de nuestro colaborador Ramón Irigoyen

www.ramonirigoyen.com

 


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