Correa pone el dedo en la llaga española: los desahucios

"Es un problema de coordinación económica y para resolver estos problemas existe la política económica y sus distintos instrumentos, uno de ellos la moneda nacional y en este caso la moneda comunitaria, y ustedes saben que ahí están los problemas", afirmó el líder ecuatoriano.

Durante su participación en la sesión plenaria en la segunda jornada de la XXII Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno, Correa apuntó que lo más grave del tema de los desahucios es que "no estamos hablando de que no haya la capacidad para construir casas".

"Las familias que necesitan casas no las tienen, pero esas casas existen, aunque por un problema de coordinación, las familias que necesitan casas se van a quedar sin casas y los bancos que no necesitan casas se van a quedar repletos de casas", dijo.

En la plenaria, ante el rey Juan Carlos y el presidente español Mariano Rajoy, subrayó que el gran desafío de la humanidad en el siglo XXI es reflexionar sobre quién tiene la supremacía, los seres humanos o el capital, las sociedades o los mercados.

"Los mercados son una realidad económica y de hecho, uno de los grandes errores de la izquierda tradicional fue negar los mercados, porque es un fenómeno objetivo, que existe", explicó.

Sin embargo, puntualizó que una cosa son sociedades con mercado, controlando, manejando al mercado para que rinda frutos socialmente deseables y otra cosa son sociedades de mercados donde educación, salud, y la propia sociedad se convierten en una mercancía más.

Pidió mantener viva la memoria de que América Latina fue uno de los lugares privilegiados de la emigración europea. "Si nosotros hubiéramos aplicado las medidas que ahora Europa aplica para los migrantes latinoamericanos, sería muy diferente la historia europea", añadió.

Aseveró que una relación renovada en el Bicentenario de la Constitución de Cádiz, como expone el tema central de esta Cumbre pasa necesariamente por el adecuado trato a los migrantes latinoamericanos en Europa.

Sin embargo, "lo que vemos en ciertos países europeos es una globalización que paradójicamente impulsa cada vez mayor movilidad de capitales y mercancías pero criminaliza la principal de las movilidades, la de los seres humanos", recalcó.

Expuso que de igual manera, una relación renovada en el Bicentenario de la Constitución de Cádiz implica llegar a acuerdos concretos con España para garantizar derechos humanos de los migrantes latinoamericanos tales como el adecuado acceso a servicios sanitarios.

Esta relación implica además trabajar juntos para evitar los abusos del capital trasnacional contra los países latinoamericanos, aseguró.