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Gallardón impone la España del Señorito

Gallardón impone la España del Señorito

miércoles 21 de noviembre de 2012, 20:30h
Primero fue abrir la polémica para legislar a favor de los antiabortistas, antes que a favor de los desahuciados, pese a que el número de desahucios se estima en unos 500 por día. 

Después, lo de reformar el código penal según criterios de audiencia televisiva, endureciendo las penas,  (pero sin atacar las causas) y buscando la criminalización de la protesta, lo que supone un gravísimo recorte en los derechos de reunión y de libre expresión. Cualquier persona que difunda protestas que terminen en resultados violentos, (espero que tenga usted capacidades de adivino la próxima vez que comparta una foto en facebook) podrá ser acusada de un delito de integración en organización criminal y ser condenada a prisión. 

Y ahora, la justicia solo para ricos. Forzar a pagar tasas para acceder a un derecho básico.

Tras la reforma laboral atroz de los casi seis millones de parados, si usted es despedido y aun con la presente reforma (que ya es bastante leonina) pone usted una demanda por vulneración de sus exiguos derechos laborales, le costará 500 euros, y si recurriera, le costaría mínimo 1000 euros, de manera que los más pobres, ni pueden denunciar, ni pueden recurrir. 

Antes, las noticias nos hablaban de que tal o cual país violaba los derechos humanos, ahora no hace falta irse fuera, los viola nuestro gobierno según le viene a placer. 

A tenor de las reformas "Gallardonas" Los pobres deberán obedecer en todo momento a los ricos, serán condenados a prisión si difundieran protestas, y acatarán la moral católica. 

Ese parece ser  el dogma seguido por nuestro ministro de ¿Justicia? (¿Para quién?) Un camino peligroso y desestabilizador, que obvia los problemas reales de la sociedad (que no son pocos) para abrir otros muchos nuevos. 

Los intereses que el gobierno tendrá que pagar por la deuda contraída, superan en diez veces, todo el presupuesto de sanidad, y las necesidades de financiación para el año que viene, serán del doble que para el año que termina. 

Y no es que la deuda sea necesaria, es que se trazan los caminos necesarios para hacerla imprescindible. Se aumenta la presión fiscal de manera regresiva, haciendo tabla rasa sobre los ciudadanos con independencia del poder adquisitivo que tengan, con subidas de impuestos como el IVA, mientras se mantienen abolidos impuestos como patrimonio o sucesiones, (que gravan más a quien más tiene) 

Se dan exenciones fiscales a los grandes casinos para que se afinquen en Madrid, mientras a usted le quitan poco a poco las coberturas médicas por falta de presupuesto. 

En lugar de permitir la bajada de precios de la vivienda, la solución del gobierno es traer a turistas ricos que puedan pagar más de 160.000 euros por una casa, porque el objetivo no es que usted, o yo, o un mileurista pueda acceder a una vivienda en condiciones dignas, el objetivo es bajar los salarios, que los precios de la vivienda vuelvan a subir, que usted no tenga derecho a quejarse, y recuperar el negocio de las grandes constructoras en suelo patrio. 

Si usted no puede comprarse una casa, o hacer una vida digna, a nadie le importa. Se ha tenido que suicidar la mujer de una persona con lazos en la dirección del PSOE para que alguien ahí arriba, tuviera el "honor" de moverse a favor de una reforma en la ley hipotecaria. Reforma, por cierto, que pone unos condicionantes muy duros a la ciudadanía, (y de cumplimiento en sólo casos muy contados y extremos) para ser aplicada.  La dación en pago sigue siendo una utopía. 

Y mientras pasa esto,  la muy católica iglesia no ha sufrido un solo euro de recorte, mientras los funcionarios pierden la paga extra, o los ancianos más desfavorecidos pierden parte de la ayuda social que tenían, suprimen las becas de comedor, y un etcétera tan largo, que nos llevaría varios días poder leer en detalle. 

No hay intención de sacar al país de la crisis. Están bajando los salarios, desregularizando el mercado laboral, acabando con lo público, desmantelando con absoluto descaro e impunidad la sanidad y educación que en este país hasta hace poco eran accesibles a todos, y que cada vez lo son a menos gente. 

Están imponiendo un nuevo régimen, un nuevo orden social,  el nacional catolicismo como guía espiritual y moral, el obedece y calla, como rutina diaria, la caridad, como sustituta de los derechos.  Es, la vuelta al modelo social de la España de los años 50 donde el señorito mandaba, y el resto obedecía.  Es, la España de Rajoy, de Gallardón, de Montoro, de Cospedal, y de todo un gabinete de déspotas y cínicos que se hace llamar consejo de ministros. 

Carlos Paredes

Analista político

Fue portavoz de Democracia Real Ya (DRY, 2011-2012) colaborando en la aparición del movimiento 15-M. Fue presidente de Ecopolítica (2020-2021) y ha tenido presencia como invitado y tertuliano, en 'El programa de Ana Rosa' (Telecinco), 'Las mañanas de Cuatro' (Cuatro TV), '13 TV', 'Los Desayunos de TVE', 'El Objetivo' y 'La sexta noche' (La Sexta)... En 2011 fue portada de las revistas 'Tiempo' y 'Pronto' como portavoz de DRY, además de contar con apariciones en medios internacionales como 'Le Monde', 'Le Monde Diplomatique', 'Der Spiegel', la 'Rai', la televisión pública francesa... Su nombre aparece en el libro 'España 2020, la España que necesitamos', junto al de José Luis Rodríguez Zapatero o Mariano Rajoy, entre otros. Colaboró en la publicación por primera vez en castellano de 'Vida y Muerte de Petra Kelly' y actualmente lleva una vida retirada de la política activa, concretamente en el sector privado, dedicado al mundo de la pequeña empresa.

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