Polémica por el tratamiento de la misteriosa lesión de Essien por el equipo médico del Chelsea

Una misteriosa lesión, oficialmente una alergia que le impide ejercicio físico, por tanto entrenarse  que le tiene fuera de los terrenos de juego desde hace cerca de tres semanas, ha devuelto a Michael Essien a la ciudad donde ha pasado la mayor parte de su carrera deportiva: Londres. Porque, según él, que pidió el oportuno permiso al Real Madrid, su club actual, los que mejor podían tratarle eran los médicos y fisioterapeutas del Chelsea- al que pertenece y que lo ha cedido a los de Chamartín- en cuyas manos está intentando curarse, aunqu de momento sin resultados, al menos de forma oficial.

Porque tampoco de forma oficial el equipo blanco ha dado a conocer el parte médico del futbolista, y lo único que se sabe, al margen de que Mourinho -otro ex del Chelsea- y Florentino Pérez autorizaron su desplazamiento a la capital del Reino Unido, son las palabras de Karanka en rueda de prensa que reproduce Marca en su edición digital: "Lo de Essien no es ninguna lesión, sino una reacción alérgica a un medicamento". Lo cual, en lugar de apaciguar la polémica ha servido de todo lo contrario, de acicate.

¿Una lesión más grave?

Porque ahí es donde en algunos círculos madridistas se preguntan si para algo tan leve no tiene el club médicos y fisioterapeutas válidos, y como la respuesta lógica es que sí, lo segundo que se piensa es que la lesión de Essien es de otra índole y más grave, por lo que se oculta, y esa es la razón de que le atiendan en el club que tiene su historial médico completo -aunque también debe disponer del mismo el Madrid. O que en el reconocimiento médico a su llegada a la capital española se les escapó esta lesión.

Tampoco ayuda a serenar la polémica el poco cuidado que ha tenido jugador y Chelsea al fotografiarse con la elástica azul de los londinenses, por mucho que este club sea su propietario. Porque el que le paga su alta ficha y su no menos alto sueldo es el Real, al que se debe profesionalmente en todos los aspectos, e incluso para su imagen y la de sus dos clubes implicados no es bueno dejarse fotografiar sonriente; otra cosa es lo que pueda hacer de paisano o en su domicilio, pero no en la sede londinense del Chelsea. En cualquier caso, la polémica sigue y las dudas sobre la realidad y alcance de su alergia/lesión también.