El Gobierno, contra los jueces: seguirá usando la 'máquina de los indultos'

Parecía una metamorfosis propia de Kafka: en sus palabras de este viernes, 30 de noviembre, sonaban otras mucho más antiguas de otro ex vicepresidente, Alfonso Guerra, quien en los tiempos 'gloriosos' de Felipe González y de los grande rodillos socialistas, decía que si los jueces condenaban a fulanito o a menganito, el Gobierno 'pondría en marcha la máquina de hacer indultos'.

Pues algo parecido ha ocurrido este viernes, cuando a la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría se le ha preguntado, en la rueda de prensa tras el Consejo de Ministros, que qué tenía que decir a la crítica amarga de los jueces que se quejan de que el Gobierno esté indultando a policías torturadores -en este caso, mossos d'esquadra- y políticos corruptos, tal y como informó Diariocrítico un día antes haciéndose eco de un documento público de Jueces para la Democracia.

La vicepresidenta no ha tenido pelos en la lengua: primero, ha reconocido que sí, que se ha indultado algo así como a 500 personas, pero que las peticiones de indulto habían llegado en ocasiones a alcanzar la cifra de 8.140; segundo, por consiguiente, el Gobierno de Mariano Rajoy utiliza la 'máquina de hacer indultos' como anteriores gobiernos: no supera el 8 % de las peticiones; tercero, que ésa es su competencia, fijada por ley de 1870 y reconocida en la Constitución, y cuarto, que, por consiguiente, "opiniones [las de los jueces, que acusan al Gobierno de establecer una 'justicia paralela'] las respeto, pero que las acciones son las que son".

La gota que colmó el vaso para Jueces para la Democracia y otras asociaciones fue el indulto concedido -a la chita callando, naturalmente- a varios mossos de'escuadra condenados por torturadores. A partir de ahí, los jueces estudiaron los indultos otorgados por el Gobierno de Rajoy y vieron que estaba haciendo una 'contrajusticia paralela', soltando a corruptos -condenados, naturalmente, en firme-. Y, claro, se quejaron agriamente. Ahora la vicepresidenta dice que quien tiene la competencia, tiene la competencia y al que no le guste, que se aguante.

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