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Homenaje a Felipe González, en su 30 Aniversario de llegada al poder

Revival socialista en Madrid con Boyer y la 'beautifull people' incluida

Revival socialista en Madrid con Boyer y la 'beautifull people' incluida

> González: 'Cuando entré por primera vez en La Moncloa estaba acojonado'

domingo 02 de diciembre de 2012, 13:07h
Cuando Felipe González entró por primera vez en el Palacio de La Moncloa, en diciembre de 1982, hace este domingo 30 años, "tuve un sentimiento de responsabilidad. Por decirlo de alguna manera: estaba acojonado". Rodeado de unos 2.000 militantes y simpatizantes, con los 41 ministros que tuvo en sus etapas de gobierno en primera fila, González ha recibido en Madrid un homenaje bajo el explícito lema de "30 años después. Gracias, Felipe". Por asistir, ha asistido hasta Miguel Boyer, el tercer marido de Isabel Preysler y hasta 1985 todopoderoso vicepresidente del Gobierno. Una silla quedó en blanco: la de Ernest Lluch, asesinado por ETA.
"Más del 30 % de voto socialista no puedo haber en la sociedad", pensaba entonces Felipe González, quien, no obstante, tenía la convicción de que podía existir un proyecto ilusionante que aglutinara un amplísimo espectro de la sociedad, como así fue en las elecciones del 28 de octubre de 1982. Así se inició un debate-coloquio entre el antiguo secretario general socialista y el actual, Alfredo Pérez Rubalcaba, moderado por la joven dirigente María González.

Veinte años no son nada, decía Gardel, pero treinta son una eternidad. A los treinta años de la llegada de Felipe González al poder, las viejas glorias socialistas se han reunido en Madrid en un revival con beautifull people y la 'España del pelotazo' incluida: de Miguel Boyer a Carlos Solchaga, de Carlos Romero a un irreconocible Fernando Ledesma, de Claudio Aranzadi a Javier Moscoso... y una silla vacía en el centro de la primera fila, ocupada por una simbólica rosa roja y con un letrero que decía 'Ernest Lluch', una de las más de mil víctimas del odio y de la violencia terrorista.

El acto de 'revival' fue conducido por María González, joven promesa de las Juventudes Socialistas y quien forma parte de la Ejecutiva Federal de los 'mayores'. Mientras, al fondo del escenario, los 'cachorros' del PSOE hicieron de telón de fondo del debate entre lo muy antiguo, representado por Felipe González, y lo antiguo, representado por Alfredo Pérez Rubalcaba, actual secretario general del PSOE.

En la primera línea, como espectadores privilegiados, o más bien como convidados de piedra, los 41 ex ministros que en aquel socialismo español fueron, desde el primer Gobierno de Felipe González, conformado el 8 de diciembre de 1982, hasta el último, cesado en junio de 1996. Caras antiguas, muchas arrugas y muchas canas, numerosas figuras desconocidas para demasiados españoles, como la propia moderada, María González, que nació bastante después de que fuera aprobada la Constitución Española.

En esa larga, larguísima primera fila en el Palacio de Congresos y Exposiciones, estaban sentados personajes como el ya citado Miguel Boyer, flanqueado por Carlos Romero (ex ministro de Agricultura) y Fernando Ledesma (ex ministro de Justicia); el que fuera poderoso 'número dos' socialista hasta la ruptura de la amistad con Felipe, Alfonso Guerra, colocado entre Rodríguez Zapatero y Javier Solana, y todos los demás ministros y altísimos altos cargos, hasta 41, como Suárez Pertierra, Luis Atienza, Joan Lerma, Tomás de la Quadra Salcedo, García Vargas, Ángeles Amador, Claudio Aranzadi, Javier Moscoso, Maravall, Solchaga, Barrionuevo...

También en primera fila, algunos prebostes de los gobiernos de Zapatero, como él mismo, sentado entre Alfonso Guerra y José Antonio Griñán, o como las ex vicepresidentas María Teresa Fernández de la Vega -milagrosamente rejuvenecida- y Elena Salgado, o el que fe número dos de Zapatero, Pepe Blanco. En la segunda fila, la actual Ejecutiva y prebostes de la anterior, desde Inmaculada Rodríguez Piñero -con gorra de chulapa madrileña, aunque es valenciana, y manga corta- a Álvaro Cuesta. Y desde primera fila, el presidente andaluz y del PSOE, José Antonio Griñán, no dejaba de decir a la prensa: "Para que luego digan que estamos reñidos...". Poco después, Zapatero, citado por Rubalcaba en mitad del coloquio con González, recibió una auténtica aclamación, seguramente previamente pactada.

El homenaje estuvo centrado en un formato realmente novedoso para los grandes actos socialistas: debate-coloquio entre González y Rubalcaba, con María González de moderadora y los jóvenes de la JSE de testigos presenciales. Ahí, en ese coloquio, González fue consciente de su edad y de que "hace 16 años que 'me echaron' del Gobierno", llegando a decir una gran verdad: "Los homenajes me recuerdan la edad que tengo".

También hubo ausencias, aunque 'ausencias anunciadas': las más significativas fueron las del ex vicepresidente económico Pedro Solbes y el ex ministro, ex secretario general socialista y actual comisario europeo Joaquín Almunia. Ausencias significativas porque ambos fueron también ministros con Felipe González, y Solbes lo fue igualmente con Rodríguez Zapatero.

Pero esas ausencias no deslegitimaron ni mucho menos el 'cierre de filas' que los socialistas hicieron en torno, al menos, a la figura de González: hasta la ex ministra Carme Chacón y el diputado Francesc Vallés acudieron en representación del siempre díscolo PSC. Es verdad que en el acto no estuvo el primer secretario de los socialistas catalanes, Pere Navarro, pero la convocatoria si estuvo secundada por la inmensa mayoría de miembros de la actual dirección y de las pasadas Ejecutivas.

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