miércoles 05 de diciembre de 2012, 09:52h
Hace unas
semanas y en este medio se publicó un artículo que, bajo el epígrafe Serenar Catalunya, pedía, entre otras
propuestas, que en una inminente reunión entre quien ganase en Catalunya y
Rajoy se debería ya olvidar la cuestión
de la inmersión lingüística.
Mi paisano
Baltasar Gracián dijo: "que no todos los que ven han abierto los ojos, ni ven
todos los que miran. Es difícil dar entendimiento a quién no tiene voluntad y,
aún más, dar voluntad a quién no tiene entendimiento. Como son sordos para oír,
no abren los ojos para ver". Todo ello me hace pensar en la miopía educativa
demostrada por el ministro del ramo haciendo unas propuestas que atacan y
menosprecian lo más querido por los catalanes: su lengua.
Soy persona
no nacida en Catalunya, pero el vivir aquí y hablar en catalán, me ha hecho
entender que la lengua es la esencia y el alma de este pueblo. El
bilingüismo no se entiende si no se vive aquí y tampoco si no hay voluntad de
entender.
Propuestas
como las que se esbozan denotan o mala fe o analfabetismo educativo.
El ministro
ha jugado con dos opciones:
1.--castigar
a Catalunya por el viacrucis de las pasadas elecciones.
2.--
pretender desviar la atención de los otros graves problemas que tiene España.
Si juega
con algunas de estas cuestiones, es de suponer que tiene el beneplácito de sus
superiores y entonces el desbarajuste roza la necedad política. Con las ideas
esbozadas, aunque se diga que es un proyecto, ya se intuyen la música y la
letra que van a sonar y eso para Catalunya sería traspasar una línea roja de
difícil retorno. Se habrá mostrado un desprecio absoluto hacia un país y el
sentimiento de un pueblo que
difícilmente olvidará la afrenta.
No
provoquen y si quieren serenar Catalunya, no se dejen aconsejar por
determinados intereses religiosos, políticos, económicos y mediáticos.
Catalunya vale mucho más que todos ellos.
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Comentarios
Últimos comentarios de los lectores (1)
15924 | kroker - 05/12/2012 @ 22:51:30 (GMT+1)
Hasta ahora, los tres pilares básicos de eso que llaman "catalanismo", que también podría llamarse paletismo o provincianismo, han sido:
1º Vivir a costa del mercado cautivo español, atrayendo y trasvasando las rentas de gran parte del territorio a esa comunidad.
2º Catalanizar todo lo catalanizable, por las buenas o por las malas (inmersión lingüística).
3º Captar a base del chantaje del secesionismo la tajada del león de las inversiones del Estado.
Está claro que después del órdago de Mas, ya nada puede ser igual, y por algo se empieza. El Estado no puede so pena de perder credibilidad ante el resto de la Nación Española, seguir jugando a dejar hacer y dejar pasar en esa región. Para empezar esta serrando una de las patas del taburete en que durante 30 años se ha estado ensolerando el sentimiento anti-español en esa región. En realidad es un sentimiento anti-castellano, pues tan español es lo catalán como los castellano, gallego o vasco.
Para continuar, se podría sugerir eliminar el corredor mediterráneo que ya no tiene razón de ser. Y no tiene razón de ser, porque la bola de nieve que los secesionistas han activado ya no tiene marcha atrás. España debe establecer sus conexiones con el resto de Europa por Aragón, y para ello necesita la colaboración de Francia; cuestión ésta última ya no tan difícil, por aquello de: "cuando las barbas de tu vecino veas arder.."
Por último, el corte del trasvase de rentas será cuestión de tiempo y de una política inteligente con un concierto económico, de manera que se equilibre no solo la balanza fiscal, sino la comercial. Que Cataluña se pague sus embajadas.
Usted, no es catalán, pero como antaño solía decirse, no hay nada peor que un judío converso.
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