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Así se rompió el euro

Así se rompió el euro

miércoles 05 de diciembre de 2012, 22:13h
Hay ocasiones en las que asomarse a la prensa produce una sensación de angustia.  Hace unos días Fernando Jauregui refería en su videoblog los colores y los movimientos que representan. A saber,  el movimiento blanco (sanidad),  el verde (la educación), el negro (la justicia)... ¿cuántos otros colores más se sumarán?  Tenemos los Eres de Iberia, el salvaje ERE de Telemadrid...  Cualquiera que vea las cosas con alguna distancia ve que tenemos el país en carne viva,  expuesto a casi todo,  y donde la corrupción amenaza con teñir con un nuevo color el panorama.   Ahora el Gobierno se lanza a decir que estamos muy mal, en lo peor, pero que pronto estaremos mejor.  Quizá sí, pero quizá no.  Es en este ambiente de amenaza de crisis social donde voy a hacer el reverso del relato de la semana pasada.  Situémonos en 2020 y miremos hacia atrás.

Cuando hace ocho años, allá por Noviembre de 2012 el semanario The Economist publicó una portada referida a Francia y titulada "Una bomba de tiempo en el corazón de Europa", algunos cimientos temblaron en la política francesa. Coincidió con la pérdida de la calificación AAA anunciada por la otra gran agencia de calificación. Perdía Francia su estatus de máxima solvencia, y empezaba una nueva era para Europa. Recordamos ahora cuando el entonces ministro alemán de finanzas advirtió a Francia que aquello era un aviso que Francia habría de tomarse en serio.  Pero nada de eso ocurrió.  
 
Acuñaba Europa el euro. España estaba en una fase de ajuste fiscal sin precedentes y había logrado avances importantes en competitividad. Parecía que la situación podía enderezarse, y que a cambio del rigor, Alemania estaría dispuesta a apoyar políticas más equilibradas entre crecimiento y ajuste. Sin embargo, en 2013, en medio de una nueva fase de contracción en Europa, la confirmación del fracaso en alcanzar el límite de déficit fiscal comprometido, en gran parte debido a la resistencia a efectuar un ajuste en el sistema de pensiones, y a la necesidad de incrementar la ayuda al sistema financiero más allá de lo inicialmente estimado, acentuó la desconfianza sobre el resultado de las políticas de ajuste y España quedó definitivamente excluida de los mercados. Relegada su calificación crediticia a bono basura,  el gobierno se vio condenado a acudir al rescate del FMI y de la UE. Políticamente debilitado y sujeto a condiciones todavía más estrictas, se decretó un fuerte recorte en el sistema de pensiones y un fuerte ajuste de empleo público que acabó en el estallido social que provocó la caída del Gobierno y la celebración de nuevas elecciones en 2014. Italia se vio arrastrada en una espiral similar a la española, necesitando del auxilio del BCE para poder financiar su deuda pública, cuya carga de intereses devoraba cualquier expectativa de crecimiento. Francia, cogida en medio de un tímido proceso de reformas, y con su sistema financiero fuertemente comprometido con el italiano y el español fue presionada por Alemania, y  se vio obligada a decretar fuertes medidas de ajuste que provocaron una oleada de protestas, con sucesivos gabinetes incapaces de frenar la creciente desconfianza de los mercados que rápidamente empezaron a descontar la posibilidad de una ruptura del euro.
 
Gobiernos débiles en España, Italia y Francia, aceleraron los planes alemanes para crear una línea de defensa. A finales de 2015, en un movimiento ejecutado por sorpresa, Alemania, y los países de su influencia, decretan su abandono de la moneda única. Tras anunciar un cierre bancario de una semana, procedieron al canje de los euros por una nueva moneda inspirada en el marco alemán y con el Bundesbank como banco central emisor. Del canje fueron excluidas las cuentas de los no residentes. Los países del sur, liderados por Francia, introdujeron entonces fuertes controles a los movimientos de capital, y  en las semanas que siguieron a la ruptura del euro, este se depreció cerca de un 20% frente a la nueva moneda del área alemana. Reino Unido anunció el abandono de la Unión Europea.  En los países que se mantuvieron en el euro, empezó entonces una fase de fuerte expansión monetaria, en medio de una gran inestabilidad política y social que acabó siendo la causa final de la desaparición del euro y del regreso de cada país a su propia moneda a finales de 2018.
 
Desde entonces, España continua inmersa en la renegociación su deuda exterior, y apenas se vislumbra otra salida que no sea, como tras la crisis y los ajustes de 1959, para la población, la emigración y para la empresa, la exportación.
 

José Manuel Pazos

Analista y consultor

Consejero Delegado del Grupo Omega Financial Partners. Es economista, MBA por la IE Bussiness School y en Estrategia Internacional por la London Business School. Formado en el Chicago Mercantil Exchange, es experto en Options Risk Management por O´Connell & Piper de Chicago. Conferenciante y profesor de derivados financieros y divisas en diversos programas Master. Además, dirige los Comités de Riesgo de compañías de múltiples sectores de actividad, siendo miembro de varios Consejos de Administración. Ha sido contertulio habitual de emisoras de radio, miembro del equipo editorial de diversos diarios

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