miércoles 12 de diciembre de 2012, 07:58h
Las
Administraciones Públicas Españolas no solucionan el problema del paro, todo lo
contrario, lo están agravando por culpa de su reincidente morosidad. Al Estado
y a su filiales se les ha olvidado su principal deber, predicar con el ejemplo.
De poco ha servido la inyección de dinero
prevista en el el Plan de Pago a
Proveedores. Tampoco se han notado los 12.600 millones de euros que han
recibido las comunidades autónomas para cuadrar sus cuentas, porque la morosidad
continúa creciendo a un ritmo de seis millones de euros al día.
En los
once primeros meses del año, comunidades autónomas, ayuntamientos, diputaciones
y empresas públicas han acumulado una deuda superior a 11.000 millones de
euros, el 1% del Producto Interior Bruto nacional. De esta cantidad, la mitad pertenece a autónomos y pequeñas
empresas, que están cerrando, porque el Estado no les paga.
La ley
de Morosidad fija en 45 días el máximo de plazo permitido. La realidad es bien
distinta. Los autónomos o las pequeñas empresas que tienen la suerte de cobrar tendrán
que esperar una media de 163 días. Y si al final de este ruinoso aplazamiento,
consiguen que se les abonen sus facturas, ya pueden dar gracias al cielo. Han
conseguido librarse de los tres temidos plazos del moroso. Tarde, mal y nunca.