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Sociólogos, teólogos y pseudo-científicos opinan

21 diciembre 2012 y fin del mundo: el verdadero origen de las teorías apocalípticas

21 diciembre 2012 y fin del mundo: el verdadero origen de las teorías apocalípticas

- Orgía sexual de 1.500 personas para esperar fin del mundo

Por Pablo M. Beleña
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jueves 20 de diciembre de 2012, 09:17h

Desde el principio de los tiempos, nuestras civilizaciones antecesoras han creado un mundo imaginario lleno de supersticiones, leyendas y mitos que explicaban desastres naturales y los fenómenos que no podían comprender. Pero algunos daban un paso más al realizar creencias sobre que el mundo se iba a acabar.

Es el caso del ahora tan de moda calendario maya y su supuesta referencia a una fecha del fin del mundo, el 21 de diciembre de 2012, poco se puede explicar: las profecías mayas no hablan en ningún momento del fin del mundo, sino de una catástrofe que haría peligrar la vida humana.

Otros piensan, además, en el fin del planeta por una especie de colapso total. Esa visión la sustenta la alocada teoría llamada 'teoría de onda del tiempo cero'. McKenna, fallecido en el año 2000, no era un científico, ni un físico ni un matemático. Era un escritor, orador, filósofo, etnobotánico, psiconauta e historiador de arte estadounidense, que consiguió que su teoría le sobreviviera.

Fin del mundo como catástrofe natural o como mandato divino. Ésa es la cuestión. Por alguna razón el hombre actual ama el catastrofismo y alimentar el morbo de estas teorías, llevando al máximo el consumo de informaciones y demás reportajes sobre el tema. El calendario maya, la teoría de la onda cero... no son más que una suma de misticismo y superstición que entusiasma al gran público.

No llegará "por ahora"

Hasta la Iglesia católica se pronuncia al respecto. En el diario 'ABC', el director del Observatorio Astronómico del Vaticano, José Funes, sentencia: el fin del mundo "por ahora", no llegará. Y es que hay que recordar que en las doctrinas esenciales del cristianismo sí está contemplado el fin del mundo como un final de nuestra vida tal y como la conocemos. Según la Biblia, Dios envía al Mesías para liberar su pueblo en el Viejo Testamento, y en el Nuevo, le envía bajo la forma de Jesucristo para salvar a sus hijos, esperándoles hasta la salvación una vez alcanzado el fin de los tiempos, descrito en el libro del Apocalipsis.

Funes afirma que no hay que preocuparse por "profecías" como la que se atribuye a los mayas, que fija el fin del mundo para el ya cercano día del 21 de diciembre. El jesuita manifestó que "según esa "profecía", se verificaría una alineación de los planetas y del sol con el centro de la Vía Láctea y una inversión de los polos magnéticos del campo terrestre". "No vale la pena discutir la base científica de esas afirmaciones, obviamente falsas", insiste.

De hecho, queda totalmente descartado, para los que aún crean en esta teoría, que este 21 de diciembre vaya a haber una alineamiento de planetas. Por ejemplo, la Sociedad de Astronomía del Caribe (SAC) aclara que "se trata sólo de mitos", y que en lo que queda de 2012 no habrá tal alineamiento. La SAC explicó que en esa fecha, desde la Tierra veremos que el planeta Marte estará en el Oeste, mientras que Júpiter estará en el Este.

Desde la sociología, también nos dan su versión sobre estas teorías apocalípticas: Marta Bescansa, profesional del sector, nos explica: "Alentado en su mayoría por idearios religiosos, el miedo al fin del mundo es un fenómeno que siempre ha estado presente en la mística occidental y ha servido como mecanismo de control desde la antigüedad".

Y añade la socióloga: "Ésta y otras supersticiones han desempeñado siempre un papel central en nuestra sociedad. El propio interés humano y el morbo asociado a hablar sobre el fin del mundo se debe a la influencia de estos mecanismos".

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