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Apalabrados

Apalabrados

viernes 28 de diciembre de 2012, 11:01h

Se trata de lo penúltimo en aplicaciones para Smart mobiles. Es el viejo Scrabble de toda la vida pero en el año 1 d.J. (después de Jobs), 2766 AUC. Apalabrados conecta a dos jugadores de cualquier parte del mundo para demostrar sus habilidades lexicográficas y su capacidad estratégica enfrentándose por turnos para conseguir las palabras mejor puntuadas, no necesariamente las más largas.

Es un juego adictivo, divertido y bueno para la memoria, la agilidad mental, el conocimiento léxico y la capacidad estratégica porque obliga a tomar decisiones entre longitud, puntuación y posible ventaja que tendrá nuestro contrincante tras nuestra jugada.

Los tiempos que vivimos, siendo de mudanza grande, proponen alternativas interesantes en muchos aspectos, todos sean bienvenidos. Desafortunadamente, también en algo tan inocente como este entretenimiento hay sinvergüenzas, y no me refiero a los dos diPPutados que se pasan los plenos dale que te pego al juego en el iPad que les pagamos los ciudadanos, Bartolomé González y María Isabel Redondo.

Por toda la web proliferan generadores de palabras con las letras que te tocan durante la partida. Es algo muy imbécil: cuál es la gracia de ganar con palabras que ni conocemos ni entendemos y que nos genera nada menos que una base de datos llamada diccionario?

No entiendo ni la ganancia, ni el mérito, ni la gracia, ni la maldad: utilizar generadores de palabras resulta, simple y llanamente, absurdo. Pero números cantan: frente a 441 millones de descargas del juego original, hay 559 millones para los generadores de palabras específicos. Por supuesto, como somos legión los que jugamos sin hacer trampas, está claro que los tramposos son multitramposos porque no les basta con uno, se descargan todos los generadores. ¿Importa? Obviamente en este juego no, es intrascendente.

Hay una página web que enseña a copiar en los exámenes; bueno, la verdad es que las hay a docenas. En ellas se recogen los más diversos y escasamente ingeniosos -eso sí, altamente tecnológicos- métodos para hacer trampas en los exámenes. Seguramente los deben definir como "tips para incrementar tu score en los exámenes" pues gran parte de la mentalidad del tramposo consiste en no reconocer que lo es o en minimizar el asunto: bah, es solo un examen parcial de Anatomía Cardíaca o de Resistencia de Materiales o de Farmacología o de Derecho Penal. O de Gramática o de Historia de las Religiones o de simple Aritmética.

Y el caldo de cultivo suele verse sazonado por una mala conciencia colectiva que disculpa y entiende la tropelía ya que, al fin, casi todos hemos copiado si no en los exámenes sí en la vida (recuerdo una ¿compañera? de trabajo, hoy supermanadamasa de una multinacional, que un día se coló en mi ordenador, me robó un programa que diseñé para analizar el comportamiento de las ventas y se fue a ver a nuestro jefe común mostrándoselo como si fuera ella la autora) y eso nos hace ser conniventes con la trampa (cuando destapé el engaño nuestro jefe no la despidió, como sería adecuado, aunque le soltó una buena bronca).

Veo al presidente Rajoy y creo que nos/se hace trampas por su pésima preparación. Leo que Bankia presenta un valor patrimonial negativo de 4.800 millones de euros, aparte de los 12.000 que ya se ha tragado. Repito: VALOR (Rédito, fruto o producto de una hacienda, estado o empleo) PATRIMONIAL (Relativo al conjunto de los bienes propios adquiridos por cualquier título) NEGATIVO. Nuevamente trampas al solitario y esquema de tramposos: eso se llama quiebra, aquí y en Constantinopla.

Rodrigo Rato, el tipo que estaba al mando, dice que los 17.000 millones que nos han birlado son culpa del presidente Zapatero. Arturo Fernández, un advenedizo trepador con menos luces que un árbol de navidad en agosto, que llega a jefe de la patronal madrileña, y Mercedes de la Merced especialista en nada, licenciada en Filosofía y letras (jajajaja) y encaramada desde los 16 años 16 al carguete político, son dos de los muchos consejeros de la estafa con nombre auto referente. Ambos declararon ante el juez, los medios y la comisión de investigación que "ellos no sabían nada de finanzas, simplemente aprobaban las cuentas de Bankia sin siquiera leerlas". Eso sí, los 100.000 euros de sueldo anual por ser CONSEJERO (Persona que sirve para aconsejar) de Bankia ni los devolvieron, ni los devuelven ni los devolverán. Estos no están Apalabrados, están Conchabados.


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